martes, 8 de noviembre de 2011

¿Por qué sigo escribiendo?

La pregunta es tan innecesaria como pertinente, pues acabo de escribir el capítulo sexto de los Cuentos del Coleccionista y me he quedado en la página 101.
Me siento satisfecho pero también aliviado. Cuando comienzo un proyecto -esta será mi cuarta novela- siempre lo termino. Y darlo por finalizado es precisamente el momento más triste. Pero eso no puede hacerme olvidar que en algunos momentos he perdido la fe en lo que estaba haciendo.
Este no es el caso. Los Cuentos del Coleccionista no es una novela más. Por primera vez escribir se ha convertido en un fin en si mismo. En una especie de terapia.
Nada de lo que hago durante el día me parece real. Tal vez esta impresión sea debida a algún tipo de depresión que no acaba de emerger. Sin embargo esta enajenación de lo cotidiano que últimamente padezco tiene su contrapartida. Los personajes de Los Cuentos del Coleccionistas son los más reales que he escrito nunca. Continuar con su historia me produce un placer trascendental. Como consecuencia de ello el acto de escribir se ha convertido en una forma de vida -que no en un medio de vida-. Es mucho más de lo que esperaba recibir cuando empecé con esto. Aunque reconozco que aún no he aprendido a conformarme solo con ello.

lunes, 24 de octubre de 2011

Océanos de Estrellas en Kindle ebook


Si dispones de un kindle, ya puedes comprar esta novela en el portal de Amazon a través del siguiente enlace de la tienda de España:
http://www.amazon.es/Oc%C3%A9anos-de-Estrellas-ebook/dp/B005YPVC1M/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1322807285&sr=8-1

También está disponible en la tienda americana:
http://www.amazon.com/Oc%C3%A9anos-Estrellas-Spanish-ebook/dp/B005YPVC1M/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1319458585&sr=1-1

Te preguntarás:
-¿Por qué pagar por él cuando puedo descargarlo gratis?
Y yo te responderé:
-¿Acaso nunca has hecho algo absurdo?

Ahora en serio. Esta es una oferta dirigida sobre todo al mercado americano. La tierra donde un 25% de los lectores leen a través del Kindle y un buen porcentaje de ellos lo hacen en castellano.

sábado, 20 de agosto de 2011

4 capítulos de "Los cuentos del Coleccionista"

Saludos de nuevo.

En este enlace os podéis descargar los primeros 4 capítulos de "Los cuentos del Coleccionista", la novela steampunk que estoy escribiendo:

http://www.megaupload.com/?d=BHJ97SN0

Está en formato epub para libro electrónico.

Con el final del cuarto capítulo hemos llegado al primer punto de giro de la historia. Los personajes principales ya han sido presentados, así como la trama principal. El próximo capítulo dará paso a la fase intermedia de la novela.

Espero que lo disfrutéis. Personalmente, yo ya lo estoy haciendo. Creía que dejar la ciencia ficción sería más duro, pero el universo que he creado en esta novela no desmerece para nada a los de mis novelas anteriores. Mi mujer - acérrima defensora de la CiFi- ha dejado de hablar de "Océanos de Estrellas" -y de insistir en que acabe la trilogía- para pasar a meterme prisa y animarme a concluir esta historia de dirigibles y submarinos llamada "Los cuentos del Coleccionista".


viernes, 1 de julio de 2011

La muda


Estoy acabando el tercer capítulo de los Cuentos del Coleccionista, batallando contra unas escenas de marcado carácter onírico, cuando sufro mi propia pesadilla. Tan rara era que me quitó el sueño más allá del típico sobresalto. ¿Quién dijo que escribir es fácil?
Como terapia me receté este micro relato –y un buen chute de sedantes-.
Es muy inquietante, incluso para mí.
Disfrutadlo y amad para siempre. ¡Pero hacedlo sin niños si queréis que la cosa funcione!



LA MUDA, 
por Josep Martín Brown.

Diario de Elsa Gomit.
 29 de junio
Ayer descubrimos que Peter ha comenzado la muda. Fue mientras hacíamos el amor y resultó tan maravilloso como desconcertante. Se dio cuenta él mismo cuando su segundo corazón comenzó a latir. Mi marido es ahora un hombre con dos corazones. Eso va a influir muy positivamente en nuestra vida sexual. Su presión arterial es tan alta que puede mantener la erección durante horas. Estamos tan emocionados…
1 de julio.
Hoy ha sido un día duro. Perdimos toda la mañana buscando los muebles para el dormitorio del niño. Peter se ha encaprichado con una cuna muy cara. Como me he opuesto ha sacado a relucir que va a ser él quien dormirá en ella. No ha servido de nada insistir en que no conservará ningún recuerdo. En fin. Espero que el hijo no sea tan testarudo como el padre.
25 julio.
Peter ha salido de cuentas. Su viejo corazón dejó de latir y entonces supe que había muerto. Llamé al doctor Vergara para anunciarle la buena noticia. Es un profesional como la copa de un pino. No tuve que decir nada más. Antes de que pudiera darme cuenta se presentó en casa con un enfermero.
29 de agosto.
Peter ha dicho su primera palabra: “mamá”. Espero que sea tan buen hijo como marido. Y que yo sepa educarle para que me cuide como merezco. Llevamos mil años juntos. Por el camino he conocido a más de doscientos Peter distintos. A pesar de que todos eran genéticamente idénticos, ninguno fue igual a otro. Aún no he dado con el padre perfecto.

Diario del doctor James Vergara.
25 de julio de 4022.
Hoy he asistido a un nuevo parto de Peter Chan. Todo ha ido como se esperaba. Extrajimos al bebé haciendo una incisión en la caja torácica de unos cuarenta centímetros. Hora del fallecimiento 09:30. Hora del nacimiento 10:05.
PD: Elsa sigue buscando al hombre ideal. Es una obsesión que la persigue y que no desaparece con su propia muerte y renacimiento. Si aún persiste el alma humana, sin duda alguna se esconde en la fijación enfermiza de esa mujer.    

jueves, 2 de junio de 2011

Este país se va a la mierda


No he podido resistirme, pero este video que he visto en youtube -al parecer basado en el cómic de Aleix Saló "Españistán"- es muy revelador.



Y ahorra muchas explicaciones.

jueves, 19 de mayo de 2011

El dilema del 22-M

Dos tipos se apuntan mutuamente a la cara con sendas pistolas. Un tercero les aconseja que bajen las armas. Pero, ¿quién de los dos tiene cojones para hacerlo primero? Así veo yo la petición de abstención por parte del movimiento 15-M. En mi caso voy a cambiar mi voto, porque aquí en Benicàssim hacerlo no le abre el camino a la derecha. Buscaos un partido minoritario que pueda pactar con el PSOE tras el 22-M y entonces conseguiremos que al bajar el arma el PP no nos vuele la tapa de los sesos.

viernes, 22 de abril de 2011

Los cuentos del coleccionista


Os presento un avance de la novela que estoy escribiendo. He terminado el primer capítulo y ahora es solo cuestión de tiempo acabarla. Tengo el desarrollo de la historia en mi cabeza, pero siempre es bueno que alguien te guíe al principio del camino y te aconseje para prevenir errores. Personalmente, persigo escribir una novela intergeneracional que hable de libertad y soledad, pero también de compromiso y comunidad. El protagonista se ve  sujeto a dos anhelos contradictorios. Cómo va a resolverlos dependerá no solo de mí, sino también de vosotros, queridos lectores. ¡Cuidado con el narrador! Tiene un papel en la historia que va más allá del mero cronista.

Podéis descargaros el primer capítulo en el siguiente enlace:
http://www.megaupload.com/?d=BHJ97SN0

Como siempre, aceptaré vuestras críticas y esperaré vuestros consejos con impaciencia. ¡Disfrutad de esta versión Beta!

martes, 29 de marzo de 2011

Apología de lo fantástico.

"Si los árboles no te dejan ver el bosque, entonces lee fantasía para elevarte sobre las copas".


Os recomiendo la lectura de este artículo de Sergio Mars para entender el porqué de este aforismo.
http://rescepto.wordpress.com/2011/03/28/sucker-punch/





lunes, 21 de marzo de 2011

ebook gratis de Josep Martín Brown

Podéis descargar gratis en los enlaces que detallo a continuación dos novelas y dos relatos cortos en versión .epub para libros electrónicos.  Forman parte de mi obra de ciencia ficción.
Los he adaptado yo mismo con un programita, así que os pido me disculpéis por los errores. Espero que sirva para compensar el gasto que habéis hecho al comprar este nuevo gadget. Disfrutadlo que merece la pena.

Dentro de poco incluiré otro archivo con los minicuentos. La mayor parte de los cuales ya han sido publicados en este blog.






18.262 días.
Relato corto. Una distopía sobre la muerte.


El eslabón perdido.
Relato corto. Una space opera que se integra dentro del universo de los Eternos.


Océanos de estrellas.
Novela corta. Space Opera.


Azul y Luna.
Novela paralela a la anterior. Ambas están vinculadas por el relato "El eslabón perdido".

domingo, 6 de marzo de 2011

La estrella de la última Navidad


Acabo de terminar un relato que hace unos meses os presenté bajo el título "El día de los inocentes". Como todo lo que empieza, cuando llega a su final sufre una transformación en el recorrido. A este relato le ha pasado lo mismo. Espero que lo disfrutéis y me deis vuestra opinión.

Podéis descargar el relato en versión epub para libro  electrónico en:
http://www.megaupload.com/?d=J66PBNGD




LA ESTRELLA DE LA ÚLTIMA NAVIDAD
“Al principio todos creímos que se trataba de un reclamo. De un montaje publicitario al estilo de aquel memorable serial radiofónico de Orson Welles. No en vano, era el día de los Inocentes, la mañana del 28 de diciembre de 2012. Pero el fin del mundo, previsto por los mayas para el viernes de la semana anterior, no había tenido lugar. La gente, tomándose a broma a los agoreros del Apocalipsis, se preocupaba más por los preparativos de la Nochevieja que por el nuevo rumor que corría por las calles de Madrid. Sin embargo, cuando el telediario de las tres abrió con la noticia, aquello dejó de ser un rumor.
Antonio López y Rafael Pacheco, desde el Observatorio Astronómico de Mallorca, habían descubierto un nuevo NEO usando el veterano telescopio Schmidt-Cassegrain. Pero este nuevo Near Earth Object resultó diferente a todos los observados anteriormente. La Unión Astronómica Internacional les acababa de atribuir el hallazgo, pero el tono de voz del presentador del telediario no transmitía la alegría y el orgullo que cabía esperarse. Irónicamente, había sido realizado la noche del 21 de diciembre. La noche que, según el calendario maya, tenía que destruirse el universo.
Mi trabajo me obligó a asistir a la primera reunión informativa entre el Gobierno y la agencia espacial americana. La NASA realizó un exhaustivo seguimiento del NEO 2012 DO3 y los resultados dejaron en estado de shock a aquellos que comprendimos sus repercusiones.
Aquella reunión fue un burdo regateo…
Cuarenta y dos años. Ese es el plazo. Después el planeta será esterilizado por NEO 2012. Nada podrá detener a ese planetoide primigenio. El próximo gran impacto que la vieja Tierra recibirá cambiará por completo su fisonomía. La Luna se formó de la misma manera tres mil millones de años atrás como resultado de los escombros arrancados por un choque aún mayor. A nuestro planeta le espera un nuevo comienzo, pero muy poco de lo viejo va a sobrevivir y el hombre no estará entre las especies afortunadas. En realidad, y según los enviados de la NASA, apenas un puñado de bacterias situadas a miles de metros de profundidad lo harán, pues la corteza terrestre se fundirá tras el impacto.
Cuarenta y dos años de espera serán demasiados para una humanidad aterrorizada. El 21 de diciembre de 2054 va a ser el último día de la historia. Cualquier rastro de la presencia del hombre sobre el planeta desaparecerá bajo la lluvia de roca fundida que cubrirá su superficie.
La NASA también llegó a la Moncloa con el proyecto de colonización más ambicioso que puede concebirse. Todos los esfuerzos de la especie humana tendrán que encaminarse a partir de ahora a la consecución del proyecto de colonización de Marte. El nuevo hogar del hombre va a ser dividido en parcelas y las naciones que aspiren a su compra tendrán que estar dispuestas a afrontar enormes sacrificios.
Aceptamos, ¡claro que aceptamos! En ese momento ni la presidenta ni yo éramos conscientes de la dimensión de la propuesta. Ni tampoco del coste social del proyecto. Dentro de cuarenta y dos años solo quinientos españoles podrán subir a las naves que los llevarán a Marte. Y mi hijo no estará entre ellos, ya que para entonces superará el límite de edad. Demasiado mayor para embarcarse y demasiado joven para aceptar la muerte.
Lo que acabo de hacer no va a ser comprendido hasta que se acerque la hora final y la desesperación de la humanidad se transforme en un aullido. Sonia, la única mujer que he amado, yace muerta a mis pies con nuestro pequeño Carlos dentro de su vientre. Ahora soy un asesino de niños, pero dentro de poco vuestros propios hijos os reprocharán el haberlos traído al mundo. Tal vez entonces entendáis mi desesperación, pues no hay futuro para nuestros seres queridos”.
Carlos leyó por enésima vez la carta de suicidio escrita por su padre muchos años atrás. Cuando se descerrajó un tiro en la sien no sabía que a su mujer todavía le quedaba un hilo de vida y que el hijo que esperaban aún tenía una oportunidad de sobrevivir. Carlos fue criado en Valencia por sus abuelos maternos. Cuando cumplió dieciocho años y antes de entrar en la Universidad Politécnica tuvo una reunión muy especial con ellos, donde le hablaron de su padre. Esa fue la primera vez que leyó la macabra nota de despedida. Habían pasado veinticuatro años desde aquella revelación y la carta parecía un papiro viejo y arruinado. El papel conservaba la memoria de las lágrimas que había vertido en cada lectura. Esta vez tampoco pudo contenerse.
Estaba viviendo el último verano de su vida, porque la Navidad de 2054 traería consigo una estrella mortífera. Los suicidios en masa habían comenzado al poco de partir la última nave de colonos. Carlos había trabajado durante muchos años en una refinería cuya producción se destinaba en exclusiva al proyecto espacial. Una vida de duro trabajo para pagar el billete a Marte de un hijo. Todos los compañeros de Carlos habían despedido ya a su único descendiente. El sacrificio de dos generaciones se había completado. La raza humana tenía una oportunidad de supervivencia allá en el planeta rojo. Los que se quedaban a esperar a la estrella de la última navidad habían depositado sus esperanzas en sus hijos. Solo que Carlos nunca tuvo hijos. No después de lo que hizo su padre.
Carlos no podía esperar nada del futuro porque no tenía siquiera una descendencia que conservara su memoria. Pero lo peor de todo es que durante sus cuarenta y un años de vida nunca tuvo un presente. Sin una madre y con un parricida como padre, los abuelos que lo criaron le transmitieron tanto cariño como compasión. Por eso conservaba aún unas ansias de vivir que le hacían perseguir lo imposible.
Alguien que le amó le contó un secreto. Al hacerlo Ana demostró cuánto le importaba, pues revelar algo así podía costarle su billete a Marte y por consiguiente el futuro por el que su familia había luchado. Ana era joven y sana. Pertenecía a esa casta de hijos únicos destinados al gran proyecto de la humanidad. Pero eso no significaba que no pudiera sentirse atraída por un hombre mayor.
Ana estaba agradecida y sentía compasión por todos aquellos hombres y mujeres que debían quedarse en la Tierra. Como todos los privilegiados, se sentía culpable por sobrevivir. ¡Qué menos podía hacer que amar a aquellos héroes! Pero revelar ese secreto… Ana pertenecía a la familia Pacheco. El codescubridor de NEO 2012 era su tío, quien también había renunciado a tener descendencia tras el descubrimiento del planetoide. Rafael Pacheco había revindicado su derecho a vivir y por eso trazó su propio plan de supervivencia.
Las naves para la colonización se ensamblaron en órbita baja. Todos sus componentes fueron lanzados al espacio y allí se construyeron las nuevas arcas de la humanidad. Y aunque la última nave con colonos había partido, eso no significaba que el proyecto se hubiera detenido. De los trópicos seguían despegando regularmente naves de carga cuyo destino era la órbita de Marte.
Al principio con destino al Planeta Rojo no solo se lanzaba agua y oxígeno. Existían bienes cuyo valor simbólico superaba con creces su mera utilidad. Cosas que no podían encontrarse en Marte y que difícilmente volverían a verse en muchos siglos. El arte no podía ni comerse ni beberse, pero sin él la humanidad carecería de pasado.
Rafael Pacheco se había comprometido a rescatar una selección de la obra pictórica de Salvador Dalí. La Generalitat había financiado el proyecto, pues a última hora en el centro espacial de la Guayana solo admitían cargamentos vitales. Así pues, desde septiembre de 2053 a julio de 2054 se construyó en tiempo record el primer cosmódromo de factura exclusivamente catalana. Todo en él era desechable, pues había sido diseñado para un único lanzamiento. La carga, sin embargo, sería tratada con mimo.
El plan de Rafael Pacheco era ingenioso. Los cuadros irían protegidos en la sección presurizada de la nave de carga, enrollados en unos contenedores aislados que los protegerían del frío extremo. Las pinturas, esa era la orden, no debían congelarse. Demasiadas molestias para una obra tan discutible. Aquellos lienzos iban a viajar más cómodos y seguros que los mismos colonos. Entonces, por qué no…
Rafael Pacheco le confesó a su sobrina que en aquella nave no iba a viajar el legado de Salvador Dalí, sino él mismo. Su vida debería valer más que aquellas pinturas. Desgraciadamente su sobrina no compartía esta valoración. Para Ana Pacheco la vida de Carlos era más importante que la de su tío.
Carlos esperaba pacientemente a que su víctima finalizase el trabajo. La lectura de la carta de suicidio de su padre le acompañaba, ayudándole a soportar la tensa espera. Carlos hacía acopio de valor. Rafael Pacheco llevaba meses preparando aquello. Toda una proeza para alguien tan anciano. A Carlos no le iba a resultar nada fácil acabar con la vida de un inocente. Nada mejor que el ejemplo de su propio padre para relativizar el crimen que estaba a punto de cometer.
Rafael Pacheco, mientras tanto, se afanaba en poner a punto su pequeña cápsula de supervivencia. A sus pies yacía, medio desenrollado, El gran masturbador, con el resto de las pinturas tiradas por el suelo de la plataforma. El viejo astrónomo despejó el cilindro que contenía los cuadros de Dalí, dejando dentro el espacio suficiente para una persona. Cargaba con una pesada mochila que era incapaz de alzar por encima de sus hombros, así que tuvo que vaciar su contenido dentro del contenedor presurizado.
Carlos observaba esta escena por encima, encaramado en lo más alto del andamio. A la mañana siguiente acoplarían la cofia al cohete y si no hacía algo para impedirlo Rafael Pacheco se largaría delante de sus narices. Si quería sobrevivir, necesitaba superar sus escrúpulos. Rafael Pacheco era viejo y parecía enfermo y debilitado por el esfuerzo. Es una crueldad dejar que haga todo el trabajo para luego quitárselo, pensó Carlos. Descendió con cuidado, pues las escaleras no llegaban hasta donde él se había subido, y a pesar del ruido que hizo, el viejo no se percató de su presencia hasta el final.
-Es un viaje muy largo para un anciano –dijo Carlos mientras recogía del suelo una bolsa de agua-. ¿Merece la pena el esfuerzo, teniendo en cuenta el poco tiempo que le queda?
-¿Quién es usted? –respondió Pacheco sobresaltado- ¿Qué hace aquí?
-Lo mismo que tú. Intento vivir.
Carlos observó el rostro del anciano. No transmitía miedo, sino frustración. Intentó alcanzar una gran llave inglesa pero él se lo impidió, empujándolo. Rafael Pacheco cayó al suelo del hangar desde una altura de seis metros, más que suficiente teniendo en cuenta su avanzada edad. Carlos contempló la escena horrorizado. El viejo tenía los ojos abiertos, aparentemente muerto o inconsciente.
Intentó olvidar lo que había hecho y terminó de cargar en el contenedor todo lo que el anciano había traído. No parecía gran cosa para un viaje hasta Marte, pero Carlos no tenía otra opción que confiar en el plan de Pacheco. Se disponía comprobar si el contenedor era confortable cuando se dio cuenta del estropicio a su alrededor. No solo los cuadros de Dalí desentonaban, sino que el cuerpo de Rafael Pacheco al pie del andamio alertaría sin duda al equipo de carga.
Metió los cuadros en una bolsa, doblados y estrujados de mala manera. Cargó con ella a sus espaldas y bajó las escaleras del andamio. El cuerpo de Pacheco seguía allí, boca arriba, mirándolo con los ojos abiertos. Lo agarró por la muñeca y lo arrastró hasta un rincón del hangar.
Cuando lo oyó gemir se dio cuenta de que no estaba muerto.
-¿Para qué vivir, viejo? –le preguntó Carlos al viejo astrónomo- ¿Por qué te resistes tanto?
-Para… contemplar… maravillas, ¿te parece poco, asesino? –le contestó Pacheco con un hilo de voz.
Carlos no tenía estómago para seguir con aquella conversación. Tal vez fuera un asesino, pero no disfrutaba con ello. La muerte del viejo no era necesaria, pero Carlos sabía que sería inevitable. Cubrió a su víctima y a los cuadros con restos de cableado y formó una pequeña montaña de basura de material eléctrico. El peso asfixiaría sin duda al viejo y ocultaría su cadáver el tiempo necesario.
El equipo que había preparado Rafael Pacheco incluía un nutrido suministro de sedantes, así como una unidad de soporte vital básico totalmente automatizada. En consecuencia, Carlos pasó la mayor parte del tiempo durmiendo. Cuando lo despertaron fue incapaz de responder a las preguntas que le hicieron.
-¿Quién es usted? –le preguntó una mujer madura vestida con un traje de presión- ¿Qué hace aquí?
-¿Ya he llegado a la órbita de Marte? –dijo Carlos entre balbuceos- ¿Ya ha caído la estrella?
-¿La estrella? –le preguntó la mujer- ¿Se refiere usted a NEO 2012, la estrella de la Navidad?
Carlos asintió mientras dejaba que le desabrochase las tiras de velcro que lo sujetaban a la pared del contenedor. La mujer no pudo reprimir una carcajada y respondió.
-Creo que estás muy perdido, polizón. Y trágicamente equivocado. No has llegado a Marte.
-Dónde… ¿Dónde estoy?
-¡El el lugar más privilegiado del universo y con los humanos más afortunados de la Tierra! Muchacho, bienvenido a la superficie de NEO 2012. Me llamo Anna Kutsenko, médico jefe de la misión rusa “Impacto”.
Carlos había llegado al último lugar donde deseaba estar. Sobre la superficie de la estrella de la Navidad. Con unos locos que se habían ofrecido voluntarios para registrar, desde la misma superficie del planetoide, el fin de la vieja Tierra.


miércoles, 2 de marzo de 2011

Planetas Prohibidos, revista de ciencia ficción


No quiero dejar pasar un día tan importante como hoy sin mencionar un nuevo proyecto de reciente aparición. Como su portada deja entrever, es una revista dedicada a la ciencia ficción. Su soporte es digital y se lee perfectamente en un libro electrónico -en el flamante libro electrónico que me han regalado para celebrar que hoy soy un año más viejo-.

Planetas Prohibidos es un merecido homenaje a un género que no pasa por sus mejores momentos. Podéis descargaros la revista, lista para su lectura, en el blog del proyecto: http://planetasprohibidos.blogspot.com/ o si, como en mi caso, no sois muy habilidosos, de la web http://tienda.cyberdark.net/planetas-prohibidos-1-ebook-n39944.html donde podéis aprovechar para descargar muchas otras cosas gratis y legales para vuestro gadget.

Aceptan colaboraciones, así que no os limitéis a darle a la rueda del ratón, ¡leed sus artículos!. Me gustaría destacar dos de ellos especialmente. Uno dedicado a Blade Runner, mientras que el que le sigue hace un repaso de todas las películas que recogen algún aspecto del clásico. El primero es muy revelador, mientras que el segundo es digno de los cuatro muleros -no por la canción popular, claro-.

Dedican el número a un autor que tiene mucho que decir: J. E. Álamo. Incluyen una entrevista y un relato, así como una reseña de su última obra, Penitencia.http://tienda.cyberdark.net/penitencia-n36133.html

Y para acabar -porque la revista tiene casi 100 páginas, tenemos los relatos y el cómic. En esta sección participo con mi relatico "La edad ingrávida". Un cuento que aún no he escrito pero que ya he publicado -cosas de los viajes en el tiempo y sus paradojas-. En él incluyo un broma final aprovechando que dentro de 64 años, cuando escriba esa carta a mi hijo, será mi cumpleaños número 100.

Aún no me creo que vaya a llegar a esa edad con todos los huesos en su sitio.

lunes, 7 de febrero de 2011

El coleccionista de artefactos


Aquí os traigo las primeras líneas de mi próxima novela.
Irá dirigida a todos los públicos. O al menos espero que pueda ser leída tanto por adolescentes maduros como por adultos que no quieren cerrar el desván de los sueños.

Steampunk. Sí. Lo sé... Pero todos sucumbimos a las modas.

Hasta el título es provisional. Lo que sí está fijado es el cuerpo principal de la historia. En este primer avance introduzco al narrador. Espero que esta licencia literaria no os irrite demasiado. Sin embargo el papel del narrador es, en esta historia, mucho más importante que el de un simple cronista.
Ahí va:

EL COLECCIONISTA DE ARTEFACTOS.

Solo cuando Miguel se sentó sobre el alfeizar de la ventana y sus piernas colgaron en el vacío se dio cuenta de que tiritaba de miedo. Era una noche fría de diciembre del 1999. El cielo de Gijón seguía velado por el tradicional manto de niebla sucia que impedía ver las estrellas. Arropada por este abrigo de polución, la capital del Reino de España saludaba a la última noche del milenio con una bruma de hollín y miseria. Y bajo ella los zeppelines de la reina Cristina. Vigilantes. Iluminando el puerto y sus aguas a la caza de saboteadores ingleses.

El buque insignia de la flota francesa permanecía fondeado en el muelle. El rey de Francia y primo de Su Católica Majestad lo había mandado engalanar para la doble celebración. Dos mil banderas conmemoraban el acontecimiento. La gala de Nochevieja del año 1999 iba a servir también para anunciar el compromiso entre la reina Cristina de España y el rey Luis de Francia. La unión de las dos casas garantizaba así un frente común contra la amenaza de la república de Inglaterra.

Pero la guerra no era lo que más preocupaba a Miguel. Solo conocía la vida en el orfanato y a sus quince años se aproximaba a la edad del alistamiento. Aquel iba a ser su último invierno entre los muros del convento. Después cambiaría las sotanas por los uniformes de la Marina Real y la misa diaria por los toques de corneta. Las monjas podían ser severas, pero durante los últimos años habían constituido toda su familia. Un vínculo precario, como él mismo reconocería más tarde, pero vínculo al fin y al cabo. Los oficiales de la Marina Real seguro que no serían tan comprensivos con su trágico pasado, por lo que Miguel temía sentirse allí aún más solo.

Con toda probabilidad, a la mayoría de vosotros os debe resultar muy extraño el universo de Miguel. Pero para él y para un puñado de lectores, lo contado hasta ahora es casi una descripción periodística de su época. No voy a detenerme en este punto por el momento. Mi explicación resultaría incomprensible. Baste decir que lo que a continuación se narra es la versión novelada de unos hechos que unas veces viví en primera persona y otros, la mayor parte, me fueron descritos por testigos directos.

Cerró los ojos y saltó; pues aquel acto de fe no exigía que mirase directamente a la muerte, situada en la calle ochenta metros más abajo. Y entonces ocurrió el milagro. La gravedad no tiró de él hasta aplastarlo contra el suelo. Por el contrario, pareció ignorar su existencia. Miguel abrió los ojos para contemplar aquella maravilla y casi se orina encima de la impresión. Flotaba libre sobre el cielo de Gijón, alejándose poco a poco de la fachada del orfanato, pues aún conservaba el impulso de su salto al vacío. Pero en ese momento no se dio cuenta del aprieto en el que estaba metido.

-¡Funciona! –gritó hinchado de júbilo- ¡El cinturón funciona!

Estaba seguro de que aquel exótico artefacto que le había legado su abuelo fallaría. Que se trataba de la última broma cruel de la única persona que pudo acogerle. Y que no lo hizo. Cuando murieron sus padres el abuelo se convirtió en la única familia que le quedaba. Pero aquel hombre egoísta no quiso la custodia del pequeño Miguel. Prefirió continuar con su vida, libre de compromisos.

Algo oscuro en su interior había empujado al muchacho a arrojarse por aquella ventana. Su mente de adolescente no podía entender que de haber fallado el mecanismo, su muerte no le habría importado a nadie. Ni siquiera a su abuelo, pues hacía un mes que este había fallecido en la cama de un hospital bengalí. Miguel se odiaba a sí mismo porque pensaba que ni su propia familia lo quiso. Y que merecía el mismo destino que sus padres. El suicidio es un acto irracional y estúpido que no demuestra nada, pero eso era algo que el joven Miguel aún tenía que descubrir por sí mismo.


lunes, 17 de enero de 2011

Adivinanza

"El mundo tal y como lo conocíamos se va a la mierda
y ellos siguen midiéndose las pollas sobre la barra del bar."

Dedicado a todos los tertulianos de bigote y voz profunda que se creen más graciosos de lo que son.

sábado, 15 de enero de 2011

La fórmula de la felicidad

Para asomarse a la felicidad,
uno debe ser capaz de seducir a su propio destino.