tag:blogger.com,1999:blog-80295020622497683252024-02-21T03:26:56.908+01:00Josep Martín BrownLos poetas somos como los superhéroes,
y no porque podamos volar ni porque luchemos por la injusticia o porque tengamos ciertos poderes, no.
Los poetas somos como los superhéroes porque, por lo general. ambos tenemos 2 trabajos./////Poema de Peru Saizprez, el Madrilimeño que conocí en el EACC y que nos hizo pasar a todos un gran rato./////Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.comBlogger49125tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-57114116984403977812012-05-28T13:08:00.000+02:002012-05-28T13:10:38.836+02:00Nueva novela acabada: Los Cuentos del Coleccionista<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiLTizEaJhZWgrLGOfbCP-gD3VvreJJ5bMrpgKk9rM1c7mI251RhusncQzBDqicDL7QhOwFECpgup4LumWjAbcXoKJoXmq3iuZrv-tvH3cWqh1vzxMwrJktZzJDqxUneJWs3NtLatNhaaW/s1600/Cumbre+Torreon+LR.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiLTizEaJhZWgrLGOfbCP-gD3VvreJJ5bMrpgKk9rM1c7mI251RhusncQzBDqicDL7QhOwFECpgup4LumWjAbcXoKJoXmq3iuZrv-tvH3cWqh1vzxMwrJktZzJDqxUneJWs3NtLatNhaaW/s320/Cumbre+Torreon+LR.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Doce meses para concebirla y doce meses para escribir mi cuarta novela.<br />
Ya he acabado de escribir "Los cuentos del coleccionista: el artefacto X". Es mi primera novela transgeneracional. Esto es, que la pueden leer tanto los jóvenes como los jóvenes adultos. No es de ciencia ficción, sino una aventura steampunk con ingredientes fantásticos.<br />
<br />
Pero no acaba ahí las noticias. Dentro de cuatro días mi trabajo real de los últimos diez años va a ser historia. Me acabo de dar cuenta de que si hasta ahora he escrito con seudónimo era a causa del mismo. La vida real a veces está llena de responsabilidades y uno tiene miedo de la reacción de algunos clientes.<br />
Todo eso se acabó, así que ahora puedo ser libre. Es lo bueno del paro.<br />
<br />
Necesito voluntarios para la ingrata tarea de revisarla. Si alguien está interesado que me lo comunique. Luego viene el tedioso recorrido por las editoriales para acabar, probablemente, colgada en Amazon si nadie está dispuesto a publicarla en papel.<br />
<br />
Pero eso no es lo más importante. Lo relevante es que los últimos diez años he escrito tres novelas y he dirigido una empresa que llegó a tener demasiados trabajadores. Y sin embargo solo ahora soy consciente de que mi vocación consiste en escribir y no en hacer dinero. He decidido terminar mi vida como escritor y trabajador precario. Lo prefiero antes que la inane existencia del jefecillo de turno.<br />
<br />
Un abrazo para todos los que creéis en mi.<br />
A. Parra.<br />
Autor de Los Cuentos del Coleccionista.Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-65424579638252273902012-02-03T10:16:00.000+01:002012-02-03T10:16:38.951+01:00Nuevo enlace para descargar Océanos de EstrellasDesde que el FBI decidió cerrar Megaupload han sucedido muchas cosas. Para ocupar su hueco otras empresas ofrecen los mismos servicios. Yo he colgado Océanos de Estrellas en MediaFire en el siguiente enlace:<br />
<br />
<a href="http://www.mediafire.com/?u4cpvs40yjp0djd">http://www.mediafire.com/?u4cpvs40yjp0djd</a> <br />
<br />
Por lo demás, sigo con Los Cuentos del Coleccionista. Voy a empezar a escribir el capítulo IX y, francamente, a veces se me va demasiado la cabeza. Me está saliendo el libro de aventuras más bizarro que he leído nunca, lo que augura un nuevo éxito.<br />
<br />
Si alguien tiene pastillas de realidad que me las recete, pues tengo miedo de perder el don de la inteligibilidad.Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-40945660415304481552012-01-20T08:27:00.001+01:002012-01-20T08:36:59.110+01:00¡Que comience la guerra!El FBI ha cerrado Megaupload.<br />
Eso significa que ahora no puedo ni siquiera regalar mis obras.<br />
A los mileuristas nos van quitando el poco aire que nos quedaba. Si piensan que vamos a contribuir al sostenimiento del imperio de mentiras que intentan perpetuar, van dados.<br />
<br />
Se me ocurren mil represalias. Pero la más evidente es no comprar. Al sistema lo vamos a liquidar con nuestra indiferencia. No consumas, no obedezcas, no emprendas acciones violentas que puedan desacreditarte,<br />
<br />
Y por supuesto no compres mi libro en Amazon.Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-77465375575955606742011-11-08T16:57:00.000+01:002011-11-08T16:57:01.223+01:00¿Por qué sigo escribiendo?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRYiTM3nu_5deyg4y4L3SkrYFRN0vnmkdiIriKW1ttibhlGG9fli0xdl5W_CZslUMwjYUE9eo_zwd2CAjZxU9KGJblsAeYUiLUjaewxedvZidCmd_U8hFOTvTnSxx8BfktC06tENWwKwNi/s1600/100rj8.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRYiTM3nu_5deyg4y4L3SkrYFRN0vnmkdiIriKW1ttibhlGG9fli0xdl5W_CZslUMwjYUE9eo_zwd2CAjZxU9KGJblsAeYUiLUjaewxedvZidCmd_U8hFOTvTnSxx8BfktC06tENWwKwNi/s320/100rj8.jpg" width="320" /></a></div>La pregunta es tan innecesaria como pertinente, pues acabo de escribir el capítulo sexto de los Cuentos del Coleccionista y me he quedado en la página 101.<br />
Me siento satisfecho pero también aliviado. Cuando comienzo un proyecto -esta será mi cuarta novela- siempre lo termino. Y darlo por finalizado es precisamente el momento más triste. Pero eso no puede hacerme olvidar que en algunos momentos he perdido la fe en lo que estaba haciendo.<br />
Este no es el caso. Los Cuentos del Coleccionista no es una novela más. Por primera vez escribir se ha convertido en un fin en si mismo. En una especie de terapia.<br />
Nada de lo que hago durante el día me parece real. Tal vez esta impresión sea debida a algún tipo de depresión que no acaba de emerger. Sin embargo esta enajenación de lo cotidiano que últimamente padezco tiene su contrapartida. Los personajes de Los Cuentos del Coleccionistas son los más reales que he escrito nunca. Continuar con su historia me produce un placer trascendental. Como consecuencia de ello el acto de escribir se ha convertido en una forma de vida -que no en un medio de vida-. Es mucho más de lo que esperaba recibir cuando empecé con esto. Aunque reconozco que aún no he aprendido a conformarme solo con ello.Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-30118466902352987182011-10-24T14:30:00.002+02:002011-12-03T08:45:21.763+01:00Océanos de Estrellas en Kindle ebook<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1jOo9_U26B6opUs2axcwOBWwm9C6MROHhV2O7ySsstcp06R3gd4ffE7Dr2a9PvVKoWEODJkbc6hL2TgQyGra1pY5UdsxofUWqRUiyZYBIcaJU4ZanUEUPYPE56LANWij1QDghm1_2OJVV/s1600/portada+OCEANOS+DE+ESTRELLAS++para+amazon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1jOo9_U26B6opUs2axcwOBWwm9C6MROHhV2O7ySsstcp06R3gd4ffE7Dr2a9PvVKoWEODJkbc6hL2TgQyGra1pY5UdsxofUWqRUiyZYBIcaJU4ZanUEUPYPE56LANWij1QDghm1_2OJVV/s320/portada+OCEANOS+DE+ESTRELLAS++para+amazon.jpg" width="217" /></a></div><br />
Si dispones de un kindle, ya puedes comprar esta novela en el portal de Amazon a través del siguiente enlace de la tienda de España:<br />
<a href="http://www.amazon.es/Oc%C3%A9anos-de-Estrellas-ebook/dp/B005YPVC1M/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1322807285&sr=8-1">http://www.amazon.es/Oc%C3%A9anos-de-Estrellas-ebook/dp/B005YPVC1M/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1322807285&sr=8-1</a><br />
<br />
También está disponible en la tienda americana:<br />
<a href="http://www.amazon.com/Oc%C3%A9anos-Estrellas-Spanish-ebook/dp/B005YPVC1M/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1319458585&sr=1-1">http://www.amazon.com/Oc%C3%A9anos-Estrellas-Spanish-ebook/dp/B005YPVC1M/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1319458585&sr=1-1</a><br />
<br />
Te preguntarás:<br />
-¿Por qué pagar por él cuando puedo descargarlo gratis?<br />
Y yo te responderé:<br />
-¿Acaso nunca has hecho algo absurdo?<br />
<br />
Ahora en serio. Esta es una oferta dirigida sobre todo al mercado americano. La tierra donde un 25% de los lectores leen a través del Kindle y un buen porcentaje de ellos lo hacen en castellano.Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-17482357559433933232011-08-20T11:10:00.001+02:002011-08-21T19:14:35.865+02:004 capítulos de "Los cuentos del Coleccionista"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwMjeyYjrSo-7yNB8cPwZGsC1Hoi7WvvTOzzZjCAePjw3a9DBcAg_YlB0BJfaviZ6dI5NqrlhiR4yu2M7GEU4j3iH4dAX4AgGcz-wmxxEByasH2kGz-FBMTTF2i3oX3Dl4dbn2ILrM0_45/s1600/submarino+steampunk.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwMjeyYjrSo-7yNB8cPwZGsC1Hoi7WvvTOzzZjCAePjw3a9DBcAg_YlB0BJfaviZ6dI5NqrlhiR4yu2M7GEU4j3iH4dAX4AgGcz-wmxxEByasH2kGz-FBMTTF2i3oX3Dl4dbn2ILrM0_45/s320/submarino+steampunk.jpg" width="320" /></a></div><span class="Apple-style-span" style="background-color: white; font-family: Verdana, Helvetica; font-size: 12px;">Saludos de nuevo.<br />
<br />
En este enlace os podéis descargar los primeros 4 capítulos de "Los cuentos del Coleccionista", la novela steampunk que estoy escribiendo:<br />
<br />
<a href="http://www.megaupload.com/?d=BHJ97SN0" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: initial; background-image: none; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; color: #640000; font-family: Verdana, Helvetica; font-size: 10px; text-decoration: none;" target="_blank">http://www.megaupload.com/?d=BHJ97SN0</a><br />
<br />
Está en formato epub para libro electrónico.<br />
<br />
Con el final del cuarto capítulo hemos llegado al primer punto de giro de la historia. Los personajes principales ya han sido presentados, así como la trama principal. El próximo capítulo dará paso a la fase intermedia de la novela.<br />
<br />
Espero que lo disfrutéis. Personalmente, yo ya lo estoy haciendo. Creía que dejar la ciencia ficción sería más duro, pero el universo que he creado en esta novela no desmerece para nada a los de mis novelas anteriores. Mi mujer - acérrima defensora de la CiFi- ha dejado de hablar de "Océanos de Estrellas" -y de insistir en que acabe la trilogía- para pasar a meterme prisa y animarme a concluir esta historia de dirigibles y submarinos llamada "Los cuentos del Coleccionista".</span><br />
<div><span class="Apple-style-span" style="background-color: white; font-family: Verdana, Helvetica; font-size: 12px;"><br />
</span></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-18997359637362012112011-07-01T08:24:00.001+02:002011-07-08T13:47:59.256+02:00La muda<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br />
</b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.45pt;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6AUtAtNWZgL8xf7hyyKonBC6Ahbf5pHxVhAftfTWjxrXOtcxX_Ex6Xtl8jnQCtcPDDPgoKYnvvTC9AhUWGxraoMQdJhr5lVVFaM33hzzCsfXtamXJbVG-O1fG2QPYGcoBtScpm6daYdw5/s1600/la+muda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6AUtAtNWZgL8xf7hyyKonBC6Ahbf5pHxVhAftfTWjxrXOtcxX_Ex6Xtl8jnQCtcPDDPgoKYnvvTC9AhUWGxraoMQdJhr5lVVFaM33hzzCsfXtamXJbVG-O1fG2QPYGcoBtScpm6daYdw5/s320/la+muda.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Estoy acabando el tercer capítulo de los Cuentos del Coleccionista, batallando contra unas escenas de marcado carácter onírico, cuando sufro mi propia pesadilla. Tan rara era que me quitó el sueño más allá del típico sobresalto. ¿Quién dijo que escribir es fácil?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Como terapia me receté este micro relato –y un buen chute de sedantes-. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es muy inquietante, incluso para mí.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Disfrutadlo y amad para siempre. ¡Pero hacedlo sin niños si queréis que la cosa funcione!<o:p></o:p></div><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br />
</b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br />
</b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">LA MUDA, </b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.45pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">por Josep Martín Brown.<o:p></o:p></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Diario de Elsa Gomit.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"> 29 de junio<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Ayer descubrimos que Peter ha comenzado la muda. Fue mientras hacíamos el amor y resultó tan maravilloso como desconcertante. Se dio cuenta él mismo cuando su segundo corazón comenzó a latir. Mi marido es ahora un hombre con dos corazones. Eso va a influir muy positivamente en nuestra vida sexual. Su presión arterial es tan alta que puede mantener la erección durante horas. Estamos tan emocionados…<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">1 de julio.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Hoy ha sido un día duro. Perdimos toda la mañana buscando los muebles para el dormitorio del niño. Peter se ha encaprichado con una cuna muy cara. Como me he opuesto ha sacado a relucir que va a ser él quien dormirá en ella. No ha servido de nada insistir en que no conservará ningún recuerdo. En fin. Espero que el hijo no sea tan testarudo como el padre.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">25 julio.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Peter ha salido de cuentas. Su viejo corazón dejó de latir y entonces supe que había muerto. Llamé al doctor Vergara para anunciarle la buena noticia. Es un profesional como la copa de un pino. No tuve que decir nada más. Antes de que pudiera darme cuenta se presentó en casa con un enfermero.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">29 de agosto.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Peter ha dicho su primera palabra: “mamá”. Espero que sea tan buen hijo como marido. Y que yo sepa educarle para que me cuide como merezco. Llevamos mil años juntos. Por el camino he conocido a más de doscientos Peter distintos. A pesar de que todos eran genéticamente idénticos, ninguno fue igual a otro. Aún no he dado con el padre perfecto.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Diario del doctor James Vergara. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">25 de julio de 4022.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Hoy he asistido a un nuevo parto de Peter Chan. Todo ha ido como se esperaba. Extrajimos al bebé haciendo una incisión en la caja torácica de unos cuarenta centímetros. Hora del fallecimiento 09:30. Hora del nacimiento 10:05.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">PD: Elsa sigue buscando al hombre ideal. Es una obsesión que la persigue y que no desaparece con su propia muerte y renacimiento. Si aún persiste el alma humana, sin duda alguna se esconde en la fijación enfermiza de esa mujer. <o:p></o:p></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-79346555102561028662011-06-02T08:14:00.001+02:002011-06-02T08:35:31.106+02:00Este país se va a la mierda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjsYZT2VQGRmRKbVrnnlDTGhWygPlATJOw1MA1d49VevcXmKmW81Ye4x1p-qLaE5d2pZQRv44_4Gycv3_lriBirW0lfZo7kLFLz9jkXbGh1ICM8ROUa92tYC1PWkyZ1gB25t_ZG9bcftfT/s1600/espanistan_grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjsYZT2VQGRmRKbVrnnlDTGhWygPlATJOw1MA1d49VevcXmKmW81Ye4x1p-qLaE5d2pZQRv44_4Gycv3_lriBirW0lfZo7kLFLz9jkXbGh1ICM8ROUa92tYC1PWkyZ1gB25t_ZG9bcftfT/s1600/espanistan_grande.jpg" /></a></div><br />
No he podido resistirme, pero este video que he visto en youtube -al parecer basado en el cómic de Aleix Saló "Españistán"- es muy revelador.<br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" src="http://www.youtube.com/embed/N7P2ExRF3GQ" width="560"></iframe><br />
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Y ahorra muchas explicaciones.Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-88105786296960047082011-05-19T14:20:00.001+02:002011-05-19T14:21:44.857+02:00El dilema del 22-M<span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 16px;">Dos tipos se apuntan mutuamente a la cara con sendas pistolas. Un tercero les aconseja que bajen las armas. Pero, ¿quién de los dos tiene cojones para hacerlo primero? Así veo yo la petición de abstención por parte del movimiento 15-M. En mi caso voy a cambiar mi voto, porque aquí en Benicàssim hacerlo no le abre el camino a la derecha. Buscaos un partido minoritario que pueda pactar con el PSOE tras el 22-M y entonces conseguiremos que al bajar el arma el PP no nos vuele la tapa de los sesos.</span>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-13680128130839155672011-04-22T12:46:00.002+02:002011-08-21T09:10:15.389+02:00Los cuentos del coleccionista<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjXcyPGpLhZaZfNGqSCDwd6Bv85sCWYxtxhy5VAuMGjWVjiMr95zQui3P2LgAEBcsssd-bYmu5q4WWjHxBWFOTGZ7IlajcYDVtvSgmEVAsFTFf4fDUzjZSxYDWy88lmIIZWL86hd6wZwVw/s1600/dirigible+de+guerra.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="103" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjXcyPGpLhZaZfNGqSCDwd6Bv85sCWYxtxhy5VAuMGjWVjiMr95zQui3P2LgAEBcsssd-bYmu5q4WWjHxBWFOTGZ7IlajcYDVtvSgmEVAsFTFf4fDUzjZSxYDWy88lmIIZWL86hd6wZwVw/s320/dirigible+de+guerra.jpg" width="320" /></a></div><br />
Os presento un avance de la novela que estoy escribiendo. He terminado el primer capítulo y ahora es solo cuestión de tiempo acabarla. Tengo el desarrollo de la historia en mi cabeza, pero siempre es bueno que alguien te guíe al principio del camino y te aconseje para prevenir errores. Personalmente, persigo escribir una novela intergeneracional que hable de libertad y soledad, pero también de compromiso y comunidad. El protagonista se ve sujeto a dos anhelos contradictorios. Cómo va a resolverlos dependerá no solo de mí, sino también de vosotros, queridos lectores. ¡Cuidado con el narrador! Tiene un papel en la historia que va más allá del mero cronista.<br />
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Podéis descargaros el primer capítulo en el siguiente enlace:<br />
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Como siempre, aceptaré vuestras críticas y esperaré vuestros consejos con impaciencia. ¡Disfrutad de esta versión Beta!Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-31094365643383956692011-03-29T12:55:00.000+02:002011-03-29T12:55:27.292+02:00Apología de lo fantástico.<span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px;">"Si los árboles no te dejan ver el bosque, entonces lee fantasía para elevarte sobre las copas".</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px;">Os recomiendo la lectura de este artículo de Sergio Mars para entender el porqué de este aforismo.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px;"><a href="http://rescepto.wordpress.com/2011/03/28/sucker-punch/">http://rescepto.wordpress.com/2011/03/28/sucker-punch/</a></span><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br />
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<span class="Apple-style-span" style="color: #333333; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br />
</span>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-4906562518076974762011-03-21T14:04:00.003+01:002012-01-23T13:40:34.570+01:00ebook gratis de Josep Martín Brown<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLMBidYqCwjQFz3fRhbMGQTv30mY1Z5Vajg4m4ZDoLV6XCsthn5bRVKfagVT5qcEYoKLUWjLCtCyUq5UClJ0KN0eye8n2FEBCOAJj4w6-64bbPFXQw0z_148Jj-LdEwRjEaG7YKO03RK-Y/s1600/cargador+libro+electronico.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLMBidYqCwjQFz3fRhbMGQTv30mY1Z5Vajg4m4ZDoLV6XCsthn5bRVKfagVT5qcEYoKLUWjLCtCyUq5UClJ0KN0eye8n2FEBCOAJj4w6-64bbPFXQw0z_148Jj-LdEwRjEaG7YKO03RK-Y/s320/cargador+libro+electronico.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal">Podéis descargar gratis en los enlaces que detallo a continuación dos novelas y dos relatos cortos en versión .epub para libros electrónicos. Forman parte de mi obra de ciencia ficción.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal">Los he adaptado yo mismo con un programita, así que os pido me disculpéis por los errores. Espero que sirva para compensar el gasto que habéis hecho al comprar este nuevo gadget. Disfrutadlo que merece la pena.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Dentro de poco incluiré otro archivo con los minicuentos. La mayor parte de los cuales ya han sido publicados en este blog.</div><div class="MsoNormal"><br />
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</b></div><div class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">18.262 días</b>.</div><div class="MsoNormal">Relato corto. Una distopía sobre la muerte.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="CA"><a href="http://www.megaupload.com/?d=CUJS24Z8">http://www.megaupload.com/?d=CUJS24Z8</a></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="CA">El eslabón perdido</span></b><span lang="CA">.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="CA">Relato corto. Una space opera que se integra dentro del universo de los Eternos.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="CA"><a href="http://www.megaupload.com/?d=ZMNT00OU">http://www.megaupload.com/?d=ZMNT00OU</a></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="CA">Océanos de estrellas</span></b><span lang="CA">. </span></div><div class="MsoNormal"><span lang="CA">Novela corta. Space Opera.</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><a href="http://www.mediafire.com/?u4cpvs40yjp0djd">http://www.mediafire.com/?u4cpvs40yjp0djd</a> </div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="CA">Azul y Luna</span></b><span lang="CA">.</span></div><div class="MsoNormal"><span lang="CA">Novela paralela a la anterior. Ambas están vinculadas por el relato "El eslabón perdido".</span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><span lang="CA"><a href="http://www.megaupload.com/?d=7OI32BSU">http://www.megaupload.com/?d=7OI32BSU</a><o:p></o:p></span></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-91556035562854457622011-03-06T08:53:00.005+01:002011-03-20T09:38:16.974+01:00La estrella de la última Navidad<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjQOxmOAV9hSsTJdEJvIwE4caJ1uom0BL6dCdZp7EcXiC5JIyXpQbN2HEDxq8JKZykeYs5c3O9yRCMygtUXE1JyzytYPXqfGlCeK5DbXJ32n1_ha6U4uSXnls4fablYIjKst0KQWf6wYq7/s1600/Deep+Impact.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5580873398796854482" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjQOxmOAV9hSsTJdEJvIwE4caJ1uom0BL6dCdZp7EcXiC5JIyXpQbN2HEDxq8JKZykeYs5c3O9yRCMygtUXE1JyzytYPXqfGlCeK5DbXJ32n1_ha6U4uSXnls4fablYIjKst0KQWf6wYq7/s320/Deep+Impact.jpg" style="cursor: hand; cursor: pointer; float: left; height: 240px; margin: 0 10px 10px 0; width: 320px;" /></a><br />
Acabo de terminar un relato que hace unos meses os presenté bajo el título "El día de los inocentes". Como todo lo que empieza, cuando llega a su final sufre una transformación en el recorrido. A este relato le ha pasado lo mismo. Espero que lo disfrutéis y me deis vuestra opinión.<br />
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Podéis descargar el relato en versión epub para libro electrónico en:<br />
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</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.45pt;">LA ESTRELLA DE LA ÚLTIMA NAVIDAD<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">“Al principio todos creímos que se trataba de un reclamo. De un montaje publicitario al estilo de aquel memorable serial radiofónico de Orson Welles. No en vano, era el día de los Inocentes, la mañana del 28 de diciembre de 2012. Pero el fin del mundo, previsto por los mayas para el viernes de la semana anterior, no había tenido lugar. La gente, tomándose a broma a los agoreros del Apocalipsis, se preocupaba más por los preparativos de la Nochevieja que por el nuevo rumor que corría por las calles de Madrid. Sin embargo, cuando el telediario de las tres abrió con la noticia, aquello dejó de ser un rumor. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Antonio López y Rafael Pacheco, desde el Observatorio Astronómico de Mallorca, habían descubierto un nuevo NEO usando el veterano telescopio Schmidt-Cassegrain. Pero este nuevo Near Earth Object resultó diferente a todos los observados anteriormente. La Unión Astronómica Internacional les acababa de atribuir el hallazgo, pero el tono de voz del presentador del telediario no transmitía la alegría y el orgullo que cabía esperarse. Irónicamente, había sido realizado la noche del 21 de diciembre. La noche que, según el calendario maya, tenía que destruirse el universo.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Mi trabajo me obligó a asistir a la primera reunión informativa entre el Gobierno y la agencia espacial americana. La NASA realizó un exhaustivo seguimiento del NEO 2012 DO3 y los resultados dejaron en estado de shock a aquellos que comprendimos sus repercusiones. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Aquella reunión fue un burdo regateo…<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Cuarenta y dos años. Ese es el plazo. Después el planeta será esterilizado por NEO 2012. Nada podrá detener a ese planetoide primigenio. El próximo gran impacto que la vieja Tierra recibirá cambiará por completo su fisonomía. La Luna se formó de la misma manera tres mil millones de años atrás como resultado de los escombros arrancados por un choque aún mayor. A nuestro planeta le espera un nuevo comienzo, pero muy poco de lo viejo va a sobrevivir y el hombre no estará entre las especies afortunadas. En realidad, y según los enviados de la NASA, apenas un puñado de bacterias situadas a miles de metros de profundidad lo harán, pues la corteza terrestre se fundirá tras el impacto.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Cuarenta y dos años de espera serán demasiados para una humanidad aterrorizada. El 21 de diciembre de 2054 va a ser el último día de la historia. Cualquier rastro de la presencia del hombre sobre el planeta desaparecerá bajo la lluvia de roca fundida que cubrirá su superficie. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">La NASA también llegó a la Moncloa con el proyecto de colonización más ambicioso que puede concebirse. Todos los esfuerzos de la especie humana tendrán que encaminarse a partir de ahora a la consecución del proyecto de colonización de Marte. El nuevo hogar del hombre va a ser dividido en parcelas y las naciones que aspiren a su compra tendrán que estar dispuestas a afrontar enormes sacrificios.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Aceptamos, ¡claro que aceptamos! En ese momento ni la presidenta ni yo éramos conscientes de la dimensión de la propuesta. Ni tampoco del coste social del proyecto. Dentro de cuarenta y dos años solo quinientos españoles podrán subir a las naves que los llevarán a Marte. Y mi hijo no estará entre ellos, ya que para entonces superará el límite de edad. Demasiado mayor para embarcarse y demasiado joven para aceptar la muerte.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Lo que acabo de hacer no va a ser comprendido hasta que se acerque la hora final y la desesperación de la humanidad se transforme en un aullido. Sonia, la única mujer que he amado, yace muerta a mis pies con nuestro pequeño Carlos dentro de su vientre. Ahora soy un asesino de niños, pero dentro de poco vuestros propios hijos os reprocharán el haberlos traído al mundo. Tal vez entonces entendáis mi desesperación, pues no hay futuro para nuestros seres queridos”.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><o:p> </o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos leyó por enésima vez la carta de suicidio escrita por su padre muchos años atrás. Cuando se descerrajó un tiro en la sien no sabía que a su mujer todavía le quedaba un hilo de vida y que el hijo que esperaban aún tenía una oportunidad de sobrevivir. Carlos fue criado en Valencia por sus abuelos maternos. Cuando cumplió dieciocho años y antes de entrar en la Universidad Politécnica tuvo una reunión muy especial con ellos, donde le hablaron de su padre. Esa fue la primera vez que leyó la macabra nota de despedida. Habían pasado veinticuatro años desde aquella revelación y la carta parecía un papiro viejo y arruinado. El papel conservaba la memoria de las lágrimas que había vertido en cada lectura. Esta vez tampoco pudo contenerse.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Estaba viviendo el último verano de su vida, porque la Navidad de 2054 traería consigo una estrella mortífera. Los suicidios en masa habían comenzado al poco de partir la última nave de colonos. Carlos había trabajado durante muchos años en una refinería cuya producción se destinaba en exclusiva al proyecto espacial. Una vida de duro trabajo para pagar el billete a Marte de un hijo. Todos los compañeros de Carlos habían despedido ya a su único descendiente. El sacrificio de dos generaciones se había completado. La raza humana tenía una oportunidad de supervivencia allá en el planeta rojo. Los que se quedaban a esperar a la estrella de la última navidad habían depositado sus esperanzas en sus hijos. Solo que Carlos nunca tuvo hijos. No después de lo que hizo su padre.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos no podía esperar nada del futuro porque no tenía siquiera una descendencia que conservara su memoria. Pero lo peor de todo es que durante sus cuarenta y un años de vida nunca tuvo un presente. Sin una madre y con un parricida como padre, los abuelos que lo criaron le transmitieron tanto cariño como compasión. Por eso conservaba aún unas ansias de vivir que le hacían perseguir lo imposible.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Alguien que le amó le contó un secreto. Al hacerlo Ana demostró cuánto le importaba, pues revelar algo así podía costarle su billete a Marte y por consiguiente el futuro por el que su familia había luchado. Ana era joven y sana. Pertenecía a esa casta de hijos únicos destinados al gran proyecto de la humanidad. Pero eso no significaba que no pudiera sentirse atraída por un hombre mayor. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Ana estaba agradecida y sentía compasión por todos aquellos hombres y mujeres que debían quedarse en la Tierra. Como todos los privilegiados, se sentía culpable por sobrevivir. ¡Qué menos podía hacer que amar a aquellos héroes! Pero revelar ese secreto… Ana pertenecía a la familia Pacheco. El codescubridor de NEO 2012 era su tío, quien también había renunciado a tener descendencia tras el descubrimiento del planetoide. Rafael Pacheco había revindicado su derecho a vivir y por eso trazó su propio plan de supervivencia.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Las naves para la colonización se ensamblaron en órbita baja. Todos sus componentes fueron lanzados al espacio y allí se construyeron las nuevas arcas de la humanidad. Y aunque la última nave con colonos había partido, eso no significaba que el proyecto se hubiera detenido. De los trópicos seguían despegando regularmente naves de carga cuyo destino era la órbita de Marte.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Al principio con destino al Planeta Rojo no solo se lanzaba agua y oxígeno. Existían bienes cuyo valor simbólico superaba con creces su mera utilidad. Cosas que no podían encontrarse en Marte y que difícilmente volverían a verse en muchos siglos. El arte no podía ni comerse ni beberse, pero sin él la humanidad carecería de pasado. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Rafael Pacheco se había comprometido a rescatar una selección de la obra pictórica de Salvador Dalí. La Generalitat había financiado el proyecto, pues a última hora en el centro espacial de la Guayana solo admitían cargamentos vitales. Así pues, desde septiembre de 2053 a julio de 2054 se construyó en tiempo record el primer cosmódromo de factura exclusivamente catalana. Todo en él era desechable, pues había sido diseñado para un único lanzamiento. La carga, sin embargo, sería tratada con mimo. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">El plan de Rafael Pacheco era ingenioso. Los cuadros irían protegidos en la sección presurizada de la nave de carga, enrollados en unos contenedores aislados que los protegerían del frío extremo. Las pinturas, esa era la orden, no debían congelarse. Demasiadas molestias para una obra tan discutible. Aquellos lienzos iban a viajar más cómodos y seguros que los mismos colonos. Entonces, por qué no…<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Rafael Pacheco le confesó a su sobrina que en aquella nave no iba a viajar el legado de Salvador Dalí, sino él mismo. Su vida debería valer más que aquellas pinturas. Desgraciadamente su sobrina no compartía esta valoración. Para Ana Pacheco la vida de Carlos era más importante que la de su tío. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos esperaba pacientemente a que su víctima finalizase el trabajo. La lectura de la carta de suicidio de su padre le acompañaba, ayudándole a soportar la tensa espera. Carlos hacía acopio de valor. Rafael Pacheco llevaba meses preparando aquello. Toda una proeza para alguien tan anciano. A Carlos no le iba a resultar nada fácil acabar con la vida de un inocente. Nada mejor que el ejemplo de su propio padre para relativizar el crimen que estaba a punto de cometer. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Rafael Pacheco, mientras tanto, se afanaba en poner a punto su pequeña cápsula de supervivencia. A sus pies yacía, medio desenrollado, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El gran masturbador</i>, con el resto de las pinturas tiradas por el suelo de la plataforma. El viejo astrónomo despejó el cilindro que contenía los cuadros de Dalí, dejando dentro el espacio suficiente para una persona. Cargaba con una pesada mochila que era incapaz de alzar por encima de sus hombros, así que tuvo que vaciar su contenido dentro del contenedor presurizado. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos observaba esta escena por encima, encaramado en lo más alto del andamio. A la mañana siguiente acoplarían la cofia al cohete y si no hacía algo para impedirlo Rafael Pacheco se largaría delante de sus narices. Si quería sobrevivir, necesitaba superar sus escrúpulos. Rafael Pacheco era viejo y parecía enfermo y debilitado por el esfuerzo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Es una crueldad dejar que haga todo el trabajo para luego quitárselo,</i> pensó Carlos. Descendió con cuidado, pues las escaleras no llegaban hasta donde él se había subido, y a pesar del ruido que hizo, el viejo no se percató de su presencia hasta el final.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-Es un viaje muy largo para un anciano –dijo Carlos mientras recogía del suelo una bolsa de agua-. ¿Merece la pena el esfuerzo, teniendo en cuenta el poco tiempo que le queda? <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-¿Quién es usted? –respondió Pacheco sobresaltado- ¿Qué hace aquí?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-Lo mismo que tú. Intento vivir.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos observó el rostro del anciano. No transmitía miedo, sino frustración. Intentó alcanzar una gran llave inglesa pero él se lo impidió, empujándolo. Rafael Pacheco cayó al suelo del hangar desde una altura de seis metros, más que suficiente teniendo en cuenta su avanzada edad. Carlos contempló la escena horrorizado. El viejo tenía los ojos abiertos, aparentemente muerto o inconsciente.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Intentó olvidar lo que había hecho y terminó de cargar en el contenedor todo lo que el anciano había traído. No parecía gran cosa para un viaje hasta Marte, pero Carlos no tenía otra opción que confiar en el plan de Pacheco. Se disponía comprobar si el contenedor era confortable cuando se dio cuenta del estropicio a su alrededor. No solo los cuadros de Dalí desentonaban, sino que el cuerpo de Rafael Pacheco al pie del andamio alertaría sin duda al equipo de carga.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Metió los cuadros en una bolsa, doblados y estrujados de mala manera. Cargó con ella a sus espaldas y bajó las escaleras del andamio. El cuerpo de Pacheco seguía allí, boca arriba, mirándolo con los ojos abiertos. Lo agarró por la muñeca y lo arrastró hasta un rincón del hangar. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Cuando lo oyó gemir se dio cuenta de que no estaba muerto.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-¿Para qué vivir, viejo? –le preguntó Carlos al viejo astrónomo- ¿Por qué te resistes tanto?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-Para… contemplar… maravillas, ¿te parece poco, asesino? –le contestó Pacheco con un hilo de voz.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos no tenía estómago para seguir con aquella conversación. Tal vez fuera un asesino, pero no disfrutaba con ello. La muerte del viejo no era necesaria, pero Carlos sabía que sería inevitable. Cubrió a su víctima y a los cuadros con restos de cableado y formó una pequeña montaña de basura de material eléctrico. El peso asfixiaría sin duda al viejo y ocultaría su cadáver el tiempo necesario. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">El equipo que había preparado Rafael Pacheco incluía un nutrido suministro de sedantes, así como una unidad de soporte vital básico totalmente automatizada. En consecuencia, Carlos pasó la mayor parte del tiempo durmiendo. Cuando lo despertaron fue incapaz de responder a las preguntas que le hicieron.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-¿Quién es usted? –le preguntó una mujer madura vestida con un traje de presión- ¿Qué hace aquí?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-¿Ya he llegado a la órbita de Marte? –dijo Carlos entre balbuceos- ¿Ya ha caído la estrella?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-¿La estrella? –le preguntó la mujer- ¿Se refiere usted a NEO 2012, la estrella de la Navidad?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos asintió mientras dejaba que le desabrochase las tiras de velcro que lo sujetaban a la pared del contenedor. La mujer no pudo reprimir una carcajada y respondió.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-Creo que estás muy perdido, polizón. Y trágicamente equivocado. No has llegado a Marte.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-Dónde… ¿Dónde estoy?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">-¡El el lugar más privilegiado del universo y con los humanos más afortunados de la Tierra! Muchacho, bienvenido a la superficie de NEO 2012. Me llamo Anna Kutsenko, médico jefe de la misión rusa “Impacto”.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Carlos había llegado al último lugar donde deseaba estar. Sobre la superficie de la estrella de la Navidad. Con unos locos que se habían ofrecido voluntarios para registrar, desde la misma superficie del planetoide, el fin de la vieja Tierra. <o:p></o:p></div><div><br />
</div><div><br />
</div></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-88256172009281648752011-03-02T12:40:00.004+01:002011-03-02T13:17:03.726+01:00Planetas Prohibidos, revista de ciencia ficción<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6NQqi_Tfpj4wjsCqZG2Oy3yt8qUfxprXYJ_vigj0o2xZcFRqC1TDEx22s9bG4YgELbRWkac-XS9maKU1dYEq-gDf9XMNHJdGBIY1TwfrNdVk_BDHQlLUjNHOFbL3jSKrJtAzlziJv0dHk/s1600/portada_planetas_prohibidos+%25281%2529.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 230px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6NQqi_Tfpj4wjsCqZG2Oy3yt8qUfxprXYJ_vigj0o2xZcFRqC1TDEx22s9bG4YgELbRWkac-XS9maKU1dYEq-gDf9XMNHJdGBIY1TwfrNdVk_BDHQlLUjNHOFbL3jSKrJtAzlziJv0dHk/s320/portada_planetas_prohibidos+%25281%2529.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5579455080405727490" /></a><br />No quiero dejar pasar un día tan importante como hoy sin mencionar un nuevo proyecto de reciente aparición. Como su portada deja entrever, es una revista dedicada a la ciencia ficción. Su soporte es digital y se lee perfectamente en un libro electrónico -en el flamante libro electrónico que me han regalado para celebrar que hoy soy un año más viejo-.<div><br /><div><b>Planetas Prohibidos</b> es un merecido homenaje a un género que no pasa por sus mejores momentos. Podéis descargaros la revista, lista para su lectura, en el blog del proyecto: <a href="http://planetasprohibidos.blogspot.com/">http://planetasprohibidos.blogspot.com/</a> o si, como en mi caso, no sois muy habilidosos, de la web <a href="http://tienda.cyberdark.net/planetas-prohibidos-1-ebook-n39944.html">http://tienda.cyberdark.net/planetas-prohibidos-1-ebook-n39944.html</a> donde podéis aprovechar para descargar muchas otras cosas gratis y legales para vuestro gadget. </div></div><div><br /></div><div>Aceptan colaboraciones, así que no os limitéis a darle a la rueda del ratón, ¡leed sus artículos!. Me gustaría destacar dos de ellos especialmente. Uno dedicado a Blade Runner, mientras que el que le sigue hace un repaso de todas las películas que recogen algún aspecto del clásico. El primero es muy revelador, mientras que el segundo es digno de los cuatro muleros -no por la canción popular, claro-.</div><div><br /></div><div>Dedican el número a un autor que tiene mucho que decir: J. E. Álamo. Incluyen una entrevista y un relato, así como una reseña de su última obra, Penitencia.<a href="http://tienda.cyberdark.net/penitencia-n36133.html">http://tienda.cyberdark.net/penitencia-n36133.html</a></div><div><br /></div><div><a href="http://tienda.cyberdark.net/penitencia-n36133.html"></a>Y para acabar -porque la revista tiene casi 100 páginas, tenemos los relatos y el cómic. En esta sección participo con mi relatico "La edad ingrávida". Un cuento que aún no he escrito pero que ya he publicado -cosas de los viajes en el tiempo y sus paradojas-. En él incluyo un broma final aprovechando que dentro de 64 años, cuando escriba esa carta a mi hijo, será mi cumpleaños número 100. </div><div><br /></div><div>Aún no me creo que vaya a llegar a esa edad con todos los huesos en su sitio. </div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-43852586441094822792011-02-07T13:57:00.002+01:002011-03-12T11:57:41.258+01:00El coleccionista de artefactos<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtPQiIOYeiq4GD9w6xSpU3Gjfb0ErNcBYRugayuM-qLWq3kY0F2Fwyv-LKWvN91QdmYXjQd6ffmbAmR2_ySuF6axWdbkzTneKG6It9LCLW2p1iOJDdAC-NyOVWXJr9qMviSQV_1MuoqO3h/s1600/Interior+de+dirigible.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 271px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtPQiIOYeiq4GD9w6xSpU3Gjfb0ErNcBYRugayuM-qLWq3kY0F2Fwyv-LKWvN91QdmYXjQd6ffmbAmR2_ySuF6axWdbkzTneKG6It9LCLW2p1iOJDdAC-NyOVWXJr9qMviSQV_1MuoqO3h/s320/Interior+de+dirigible.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5583145872452683554" /></a><br />Aquí os traigo las primeras líneas de mi próxima novela.<div>Irá dirigida a todos los públicos. O al menos espero que pueda ser leída tanto por adolescentes maduros como por adultos que no quieren cerrar el desván de los sueños.</div><div><br /></div><div>Steampunk. Sí. Lo sé... Pero todos sucumbimos a las modas.</div><div><br /></div><div>Hasta el título es provisional. Lo que sí está fijado es el cuerpo principal de la historia. En este primer avance introduzco al narrador. Espero que esta licencia literaria no os irrite demasiado. Sin embargo el papel del narrador es, en esta historia, mucho más importante que el de un simple cronista.</div><div>Ahí va: </div><div><br /></div><div style="text-align: center;">EL COLECCIONISTA DE ARTEFACTOS. </div><div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt; line-height: 24px; "><span class="Apple-style-span"></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span class="Apple-style-span"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">Solo cuando Miguel se sentó sobre el alfeizar de la ventana y sus piernas colgaron en el vacío se dio cuenta de que tiritaba de miedo. Era una noche fría de diciembre del 1999. El cielo de Gijón seguía velado por el tradicional manto de niebla sucia que impedía ver las estrellas. Arropada por este abrigo de polución, la capital del Reino de España saludaba a la última noche del milenio con una bruma de hollín y miseria. Y bajo ella los zeppelines de la reina Cristina. Vigilantes. Iluminando el puerto y sus aguas a la caza de saboteadores ingleses.<o:p></o:p></span></span></p><span class="Apple-style-span"> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">El buque insignia de la flota francesa permanecía fondeado en el muelle. El rey de Francia y primo de Su Católica Majestad lo había mandado engalanar para la doble celebración. Dos mil banderas conmemoraban el acontecimiento. La gala de Nochevieja del año 1999 iba a servir también para anunciar el compromiso entre la reina Cristina de España y el rey Luis de Francia. La unión de las dos casas garantizaba así un frente común contra la amenaza de la república de Inglaterra. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">Pero la guerra no era lo que más preocupaba a Miguel. Solo conocía la vida en el orfanato y a sus quince años se aproximaba a la edad del alistamiento. Aquel iba a ser su último invierno entre los muros del convento. Después cambiaría las sotanas por los uniformes de la Marina Real y la misa diaria por los toques de corneta. Las monjas podían ser severas, pero durante los últimos años habían constituido toda su familia. Un vínculo precario, como él mismo reconocería más tarde, pero vínculo al fin y al cabo. Los oficiales de la Marina Real seguro que no serían tan comprensivos con su trágico pasado, por lo que Miguel temía sentirse allí aún más solo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">Con toda probabilidad, a la mayoría de vosotros os debe resultar muy extraño el universo de Miguel. Pero para él y para un puñado de lectores, lo contado hasta ahora es casi una descripción periodística de su época. No voy a detenerme en este punto por el momento. Mi explicación resultaría incomprensible. Baste decir que lo que a continuación se narra es la versión novelada de unos hechos que unas veces viví en primera persona y otros, la mayor parte, me fueron descritos por testigos directos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">Cerró los ojos y saltó; pues aquel acto de fe no exigía que mirase directamente a la muerte, situada en la calle ochenta metros más abajo. Y entonces ocurrió el milagro. La gravedad no tiró de él hasta aplastarlo contra el suelo. Por el contrario, pareció ignorar su existencia. Miguel abrió los ojos para contemplar aquella maravilla y casi se orina encima de la impresión. Flotaba libre sobre el cielo de Gijón, alejándose poco a poco de la fachada del orfanato, pues aún conservaba el impulso de su salto al vacío. Pero en ese momento no se dio cuenta del aprieto en el que estaba metido. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">-¡Funciona! –gritó hinchado de júbilo- ¡El cinturón funciona!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">Estaba seguro de que aquel exótico artefacto que le había legado su abuelo fallaría. Que se trataba de la última broma cruel de la única persona que pudo acogerle. Y que no lo hizo. Cuando murieron sus padres el abuelo se convirtió en la única familia que le quedaba. Pero aquel hombre egoísta no quiso la custodia del pequeño Miguel. Prefirió continuar con su vida, libre de compromisos. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify;text-indent:35.45pt;line-height: 150%"><span style="font-family:Arial;mso-ansi-language:ES">Algo oscuro en su interior había empujado al muchacho a arrojarse por aquella ventana. Su mente de adolescente no podía entender que de haber fallado el mecanismo, su muerte no le habría importado a nadie. Ni siquiera a su abuelo, pues hacía un mes que este había fallecido en la cama de un hospital bengalí. Miguel se odiaba a sí mismo porque pensaba que ni su propia familia lo quiso. Y que merecía el mismo destino que sus padres. El suicidio es un acto irracional y estúpido que no demuestra nada, pero eso era algo que el joven Miguel aún tenía que descubrir por sí mismo.<o:p></o:p></span></p></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt; line-height: 24px; "><span style="font-family: Arial; "><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.45pt; line-height: 24px; "><span style="font-family: Arial; "><o:p> </o:p></span></p></div><div><br /></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-67300433849769727642011-01-17T07:52:00.003+01:002011-01-17T07:55:35.819+01:00Adivinanza"El mundo tal y como lo conocíamos se va a la mierda<div>y ellos siguen midiéndose las pollas sobre la barra del bar."</div><div><br /></div><div>Dedicado a todos los tertulianos de bigote y voz profunda que se creen más graciosos de lo que son.</div><div><br /></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-54937638001247764872011-01-15T08:19:00.001+01:002011-01-15T08:21:09.342+01:00La fórmula de la felicidadPara asomarse a la felicidad,<div>uno debe ser capaz de seducir a su propio destino.</div><div><br /></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-72790643801330378312010-12-11T10:50:00.001+01:002010-12-11T10:51:59.670+01:00Imperativo condicionado<p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">Obra de tal manera que tus acciones coincidan con dos de las tres dimensiones.<o:p></o:p></span></p>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-40893668627419573652010-12-06T08:25:00.000+01:002010-12-06T08:26:24.223+01:00Camino por el desierto.<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; color: rgb(51, 51, 51); ">Camino por el desierto y dejo atrás una región tan fértil como amarga.<br />Me dirijo hacia un valle que no puedo ver y que quizá nunca llegue a alcanzar.<br />¿Quién dijo que la falta de sentido no te mata ni de sed ni de hambre?</span>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-72157290644267693312010-11-06T09:45:00.000+01:002010-11-06T09:46:32.323+01:00Valensiaaa...<p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">La culpa de todos los males que sufrimos los valencianos la tienen, por este orden:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">-Los catalanes. Por llevarse el agua del Turia al Ebro y robarnos así el preciado líquido elemento.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">-Madrid. Porque Zapatero nos odia por ser tan estupendos y no soporta que Valensia sea tan bonica.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">-El Big bang. Pues el el origen de todo y nosotros no tuvimos nada que ver con ese estropicio.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">En fin. Los valencianos somos falleros. Nos gustan las cosas grandes, coloridas y huecas. Y si son caras mejor, para así poder quemar más rápido el dinero.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">Se menfot! Que me da igual. Que yo no he sido y la culpa no es mía, sino de los otros, que me tienen manía por ser tan guapo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language:ES">Este es el gran éxito del PPCV: ha conectado perfectamente con la idiosincrasia del valenciano medio.<o:p></o:p></span></p>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-76259968456075956512010-09-20T13:21:00.007+02:002010-09-23T19:51:36.679+02:00El día de los inocentes<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtLJCdOerfqBW-dhw3GoHG67cwaSaKtUYSW2IOqGVYrEKJ2O1U_-BTD2V4WhkNQDV1x6v9m7pkZFFZnoUGKIwxat1bkmsYmINtYbXnoGCas_zLD9D6V3rydScnOECD3lhhCmfpNC-0qgmV/s1600/Deep+Impact.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtLJCdOerfqBW-dhw3GoHG67cwaSaKtUYSW2IOqGVYrEKJ2O1U_-BTD2V4WhkNQDV1x6v9m7pkZFFZnoUGKIwxat1bkmsYmINtYbXnoGCas_zLD9D6V3rydScnOECD3lhhCmfpNC-0qgmV/s320/Deep+Impact.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5518957251651183346" /></a>A continuación os muestro el inicio de un cuento que estoy escribiendo. Es un relato apocalíptico en sintonía con la nueva paranoia que se avecina. Esto es, el año 2012. El comienzo del relato me ha dado muchos problemas, pues tenía que explicar el marco de la historia sin enrollarme demasiado; para poder dar paso a continuación a la situación inicial de Carlos, el protagonista.<div>Lo he titulado "El día de los inocentes" y me llevará más tiempo del normal terminarlo, pues la realidad ha llamado a mi puerta vestida de trabajo. Espero tenerlo para finales de año. Como siempre, se aceptan sugerencias.</div><div><br /></div><div><p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center;text-indent:35.45pt; line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="line-height: normal;"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 24px;"></span></span></p><p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center;text-indent:35.45pt; line-height:150%">EL DÍA DE LOS INOCENTES</p><p class="MsoNormal" align="center" style="text-align: left;text-indent: 35.45pt; line-height: 150%; "></p><p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">“Al principio todos creímos que se trataba de una broma. De un montaje publicitario al estilo de Orson Welles y su memorable serial radiofónico. Era el día de los Inocentes. La mañana del 28 de diciembre de 2012 y el fin del mundo, previsto para el viernes de la semana anterior, no había tenido lugar. La gente, tomándoselo a cachondeo, se preocupaba más por los preparativos de la Nochevieja que por el rumor que corría por las calles de Madrid. Sin embargo, cuando el telediario de las tres abrió con la noticia, aquello dejó de ser un rumor. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Antonio López y Rafael Pacheco, desde el Observatorio Astronómico de Mallorca, habían descubierto un nuevo NEO usando el veterano telescopio Schmidt-Cassegrain. Pero este nuevo Near Earth Object resultó diferente a todos los observados anteriormente. La Unión Astronómica Internacional les acababa de atribuir el hallazgo, pero el tono de voz del presentador del telediario no transmitía la alegría y el orgullo que cabía esperarse. Irónicamente, había sido realizado la noche del 21 de diciembre. La noche que, según el calendario maya, tenía que destruirse el universo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Mi trabajo me obligó a asistir a la primera reunión informativa entre el Gobierno y la agencia espacial americana. La NASA realizó un exhaustivo seguimiento del NEO 2012 DO3 y los resultados dejaron en estado de shock a aquellos que comprendimos sus repercusiones. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Aquella reunión fue un burdo regateo…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Cuarenta y dos años. Ese es el plazo. Después el planeta será esterilizado por NEO 2012. Nada podrá detener a ese planetoide primigenio. El último gran impacto que la vieja Tierra recibirá cambiará por completo su fisonomía. La Luna se formó de la misma manera tres mil millones de años atrás como resultado de los escombros arrancados por un choque aún mayor. A nuestro planeta le espera un nuevo comienzo, pero muy poco de lo viejo va a sobrevivir y el hombre no estará entre las especies afortunadas. En realidad, y según los enviados de la NASA, apenas un puñado de bacterias situadas a miles de metros de profundidad lo harán, pues la corteza terrestre se fundirá tras el impacto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Cuarenta y dos años serán mucho tiempo para una humanidad aterrorizada. El 21 de diciembre de 2054 va a ser el último día de la historia. Cualquier rastro de la presencia del hombre sobre el planeta desaparecerá bajo la lluvia de roca fundida que cubrirá su superficie. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">La NASA también llegó a la Moncloa con el proyecto de colonización más ambicioso que puede concebirse. Todos los esfuerzos de la especie humana tendrán que encaminarse a partir de ahora a la consecución del proyecto de colonización de Marte. El nuevo hogar del hombre va a ser dividido en parcelas y las naciones que aspiren a su compra tendrán que estar dispuestas a afrontar enormes sacrificios.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Aceptamos, ¡claro que aceptamos! En ese momento la presidenta y yo no éramos conscientes de la dimensión de la propuesta. Ni tampoco del coste social del proyecto, pues dentro de cuarenta y dos años solo quinientos españoles podrán subir a las naves que los llevarán a Marte. Y mi hijo no estará entre ellos, ya que para entonces superará el límite de edad. Demasiado mayor para embarcarse y demasiado joven para aceptar la muerte.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Lo que acabo de hacer no va a ser comprendido hasta que se acerque la hora final y la desesperación de la humanidad se transforme en un aullido. Sonia, la única mujer que he amado, yace muerta a mis pies con nuestro pequeño Carlos en su vientre. Ahora soy un asesino de niños, pero dentro de pocos años vuestros hijos os reprocharán el haberlos traído al mundo. Tal vez entonces entendáis mi desesperación, pues no hay futuro para nuestros seres queridos”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-indent:35.45pt;line-height:150%"><o:p><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"> </span></o:p></p> <span style="font-family: 'Times New Roman'; "><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Carlos leyó por enésima vez la carta de suicidio escrita por su padre. Cuando se descerrajó un tiro en la sien no sabía que su mujer aún respiraba y que el hijo que esperaban tenía una oportunidad de sobrevivir. Carlos fue criado en Valencia por sus abuelos maternos. Y cuando cumplió dieciocho y antes de entrar en la Universidad Politécnica tuvo una reunión con ellos. Esa fue la primera vez que leyó la macabra nota de despedida. Habían pasado veinticuatro años desde entonces y la carta parecía un papiro viejo y arruinado. El papel conservaba la memoria de las lágrimas que había vertido en cada lectura. Esta vez tampoco pudo contenerse y al terminar se puso a llorar.</span></span><p></p><p></p></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-20078283474737801502010-08-11T20:28:00.005+02:002011-03-20T09:29:30.426+01:0018.262 días<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUWVKhL1CbLVfxIji_chq79Bz0o8P4Bg36JUyJCrRloRDtoeqwb7yUeej1RGWMxfGpbANw-UbbZbNb-qLjDiJSBJaFHos12RkxGpIRICr1H5LjWRirqRxtoWlTcAkDYIS77mHE73tJdzme/s1600/EE-ESTETOSCOPIO+PROFESIONAL.jpg" onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5505902769004144242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUWVKhL1CbLVfxIji_chq79Bz0o8P4Bg36JUyJCrRloRDtoeqwb7yUeej1RGWMxfGpbANw-UbbZbNb-qLjDiJSBJaFHos12RkxGpIRICr1H5LjWRirqRxtoWlTcAkDYIS77mHE73tJdzme/s320/EE-ESTETOSCOPIO+PROFESIONAL.jpg" style="cursor: hand; cursor: pointer; float: left; height: 275px; margin: 0 10px 10px 0; width: 320px;" /></a><br />
A continuación os presento un fragmento de un relato de quince páginas titulado "18.262 días" que, si todo va bien, tal vez encuentre acomodo en una antología de próxima publicación.<br />
<div><br />
</div><div>A aquellos que pertenecéis a la rama sanitaria quizá no os haga mucha gracia.</div><div>De cualquier manera, espero que despierte vuestro interés. Si queréis leerlo completo, podéis descargarlo en formato epub para libro electrónico aquí: <a href="http://www.megaupload.com/?d=4FYU65H2">http://www.megaupload.com/?d=4FYU65H2</a></div><div><br />
</div><div><b>18.262 días</b></div><div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">La noche cayó sobre la ciudad y los edificios colmena refulgían con las luces de miles de apartamentos. La humanidad o bien dormía o bien seguía viviendo en las salas de juego. Su vagón estaba vacío y se permitió el lujo de descansar los pies sobre el asiento de enfrente. Se acababa de embarcar en un proyecto apasionante. No podía apartar de su mente las palabras de su último paciente. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mentira, todo es mentira</i>, se dijo para sí. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Solo la vida es real.</i> Quince minutos después llegó a su destino. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Apretó el paso y antes incluso de llegar a verlo supo que se acercaba al jardín. Durante el día el continuo trasiego de ciudadanos arrastraba consigo el típico olor de humanidad, que lo tapaba todo. Ahora, a altas horas de la noche, el aroma del jazmín y de otras flores nocturnas inundaba los pasillos-calle circundantes. Josef se asomó por la barandilla que daba al patio y contempló aquella pequeña isla de naturaleza. Le temblaban las manos y tenía la boca seca, sin embargo el agua que traía consigo no era para saciar su sed.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">Mientras regaba un galán de noche Josef Gross se dio cuenta de que nunca antes había alimentado a un ser vivo. Poseía una granja virtual y varias decenas de caballos, todos formados por paquetes de memoria que interactuaban con su mente cuando visitaba su sala de juego preferida, pero aquello era distinto. La vida humana estaba a salvo atendida de manera invisible por los nanobots médicos. Por el contrario, esas plantas necesitaban cuidados especiales, pues los nanobots las ignoraban. El placer que Thomas Berkeley sentía cuando dedicaba su tiempo a aquel jardín estaba siendo recreado en ese mismo instante por Josef, quien nunca había sido tan feliz.<o:p></o:p></div></div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-9407405326585672972010-07-29T12:32:00.005+02:002010-07-29T12:48:47.415+02:00Perversiones volumen I<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEPoHt6mrj8nEXsFRANZ_OdRLNC4YF8G_argGP5H_Xu9OFr_1JUWZE_iLwqgv_AVEq4aZvopxMFvJ1J66h_kcXv7yThV-OKC0nY4oZlV4qEVAvIszoedYlghKfkkAA55POyf6vufAAEb0/s1600/perversiones1.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 229px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEPoHt6mrj8nEXsFRANZ_OdRLNC4YF8G_argGP5H_Xu9OFr_1JUWZE_iLwqgv_AVEq4aZvopxMFvJ1J66h_kcXv7yThV-OKC0nY4oZlV4qEVAvIszoedYlghKfkkAA55POyf6vufAAEb0/s320/perversiones1.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5499275771152796402" /></a>Por fin. Los cuentos populares versión postmoderna han visto la luz en papel.<div><br /></div><div>Tengo el honor de participar en este proyecto con una versión de La cigarra y la hormiga, de Samaniego. Es el cuento más cruel escrito nunca -sobre todo bajo la mirada de un perezoso como yo-. Y me he vengado de su moraleja. Eso sí, el sentimiento de culpa sigue.</div><div><br /></div><div>Otros compañeros se han atrevido con sus propios ídolos de la infancia. Hay cuentos de terror, de fantasía y de ciencia ficción. Pero todos y cada uno de ellos son fantásticos. Como la mayoría de los mejores cuentos.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div>A continuación corto y pego la reseña.</div><div>Podéis encontrar más información en el siguiente enlace:</div><div> <a href="http://perversionesliterarias.blogspot.com/">http://perversionesliterarias.blogspot.com/</a></div><div><br /></div><div><span style="FONT-WEIGHT: bold">Título:</span><a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108325'" target="_blank">(Per)Versiones: Cuentos Populares</a><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold">Título original: </span><a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108326" target="_blank">(Per)Versiones</a><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold">Autor: </span><a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/25768" target="_blank">David Prieto Ruiz</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/41523" target="_blank">Laura Quijano Vincenzi</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/79469" target="_blank">Juan José Tena</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/87952" target="_blank">Manuel Osuna</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/97778" target="_blank">Leonardo Ropero</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/107754" target="_blank">Virginia Pérez de la Puente</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108295" target="_blank">Jorge Asteguieta Reguero</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108296" target="_blank">Moisés Cabello</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108297" target="_blank">Ignacio Cid Hermoso</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108298" target="_blank">Susana Eevee</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108299" target="_blank">Aintzane Egiluz Romero</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108300" target="_blank">Héctor Gómez Herrero</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108301" target="_blank">Alejandro Guardiola</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108302" target="_blank">Eugeni Guillem Darné</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108303" target="_blank">Julio Igualador</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108304" target="_blank">Antonio J. Llatas López</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108305" target="_blank">Laura López Alfranca</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108306" target="_blank">Sergio Macías García</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108307" target="_blank">Mario Manzano Vázquez</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108308" target="_blank">Josep Martin Brown</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108309" target="_blank">Ricardo Montesinos</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108310" target="_blank">Ana Morán</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108311" target="_blank">Diana Muñiz</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108312" target="_blank">Juan Carlos Pereletegui</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108313" target="_blank">José María Pérez Hernández</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108314" target="_blank">Alex V. Vegas</a><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold">Género: </span><a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/4" target="_blank">Ciencia Ficción</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/6" target="_blank">Terror</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/7" target="_blank">Misterio</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/20" target="_blank">Fantasía</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/1686" target="_blank">Humor</a>, <a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/1690" target="_blank">Relatos</a><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold">Saga: </span><a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/108327" target="_blank">(Per)Versiones</a><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold">Año Copyright: </span><a class="postlink" href="http://www.leelibros.com/biblioteca/?q=node/101991" target="_blank">2010</a><br /><span style="FONT-WEIGHT: bold">Premios: </span><br />Los cuentos existen desde siempre. Desde algún momento impreciso de la historia del hombre, cuando éste comprendió que, además de poder hablar de lo que existía también se podía de lo que no lo hacía.<br />Y que era más divertido.<br />En esta antología los autores revisitan los cuentos clásicos, cada uno a su manera y dándoles nuevas visiones. Porque en cada cuento se ocultan otros muchos que dependen de la imaginación de sus lectores.<br />Cuentos tenebrosos unos y llenos de humor otros. Cuentos que harían sonrojar al más avezado. Cuentos de las más variadas clases y estirpes que puedan imaginarse.<br />En este volumen recopilamos algunos de esos cuentos, tomados de los clásicos y reinventados para la ocasión.<br />Esperemos que disfruten de ellos.<br /><br />Prólogo de José Antonio Cotrina<br /><br />Contenido:<br /><br />Este volumen de (Per)Versiones lo componen un total de 26 relatos:<br /><br /><br />El viaje de Gulliver al planeta Liliput (Jorge Asteguieta Reguero)<br />Creciendo en Nunca Jamás (Moisés Cabello)<br />El placer de comer (Ignacio Cid Hermoso)<br />Goldilocks y los osos montañeses y zombies (Susana Eevee) (adelanto en descarga gratuita)<br />Chufo o chota (Aintzane Egiluz Romero)<br />Hasta las cenizas (Héctor Gómez Herrero)<br />La túnica del profeta (Alejandro Guardiola)<br />Pulgarcito (Eugeni Guillem Darné)<br />Shazam (Julio Igualador)<br />La tirana de Oz (Antonio J. Llatas López)<br />El asesinato de Abuelita (Laura López Alfranca)<br />Alicia en el País de las Pesadillas (Sergio Macías García)<br />El gigante dormido (Mario Manzano Vázquez)<br />La cigarra y la hormiga (Josep Martin Brown)<br />Tres cerdos (Ricardo Montesinos)<br />Blanche al desnudo (Ana Morán)<br />La Reina de las Nieves (Diana Muñiz)<br />Noche de castigo en Hamelín (Manuel Osuna)<br />De lo que le conteçió a un mancebo que casó con una muger muy fuerte y muy brava (Juan Carlos Pereletegui)<br />El patito feo (José María Pérez Hernández)<br />Desvestiándose (Virginia Pérez de la Puente)<br />La dama del bosque (David Prieto)<br />Eterna ensoñación (Laura Quijano Vincenzi)<br />Playback para una sirena (Leonardo Ropero)<br />El sótano (Juan José Tena)<br />Huan sin miedo (Alex V. Vegas)</div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-56625049063519030152010-06-10T06:59:00.005+02:002010-06-15T08:06:48.935+02:00Leopold Bloom contra los zombix<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX8QMJeF7bcYHUC93xQhF6lRt6-Ua1pcM5xFvhUjTMObqxaZWt4QCQOxh9ljU43XjY8CIc0e0JPqZKV4nZ4GwK5YYBW5FPOn9z0J8cRztB30fwuw-DhvhVqfV0mXc1ZCWqwqnsx3LuTerr/s1600/ulises_de_joyce.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5481009326695872162" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 213px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX8QMJeF7bcYHUC93xQhF6lRt6-Ua1pcM5xFvhUjTMObqxaZWt4QCQOxh9ljU43XjY8CIc0e0JPqZKV4nZ4GwK5YYBW5FPOn9z0J8cRztB30fwuw-DhvhVqfV0mXc1ZCWqwqnsx3LuTerr/s320/ulises_de_joyce.jpg" border="0" /></a><br /><div>De vuelta otra vez, traigo bajo el brazo una novela corta para el UPC 2010 y un relato para el tercer volumen de (Per)versiones. El primer volumen, Perversiones: cuentos populares, lo podréis comprar próximamente en las librerías más alejadas de vuestro pueblo.</div><br /><div></div><br /><div>La novela corta tiene un precioso título que no puedo revelar, pues hay que ser fiel a las bases del concurso. Solo diré que forma parte de mi mundo de pulpos espaciales.</div><br /><div></div><br /><div>El relato que a continuación cuelgo, en cambio, está a disposición de todos, pues no está sometido a la tiranía de la competición. Os situaré en la escena: un clasico, veinte frekies y tres meses por delante. El resultado es una versión monstruosa -por incluir uno o más clásicos del terror- de una obra de la literatura universal. Yo me lanzé a por el Ulises de james Joyce, con el único empeño de redimir el honor del protagonista. </div><br /><div></div><br /><div>Todavía es un borrador.</div><br /><div>Así que sed condescendientes.</div><br /><div>Espero que os guste.</div><br /><div></div><br /><div>LEOPOLD BLOOM CONTRA LOS ZOMBIX<br /><br />Los habitantes de la villa de Sandycove, a las afueras de Dublín, se desprendían de la pereza matutina con un buen almuerzo a base de riñón de cerdo. Así se preparaba un irlandés para un duro día de trabajo. Los estudiantes de la vieja torre, en cambio, disfrutaban del añorado verano, ajenos por completo a los destinos de sus compatriotas.<br /><br />La suave brisa de la mañana barría la plataforma superior donde Buck Mulligan se había encaramado. Irreverente y provocador, convertía cada acto de la vida cotidiana en un momento sublime. Solo para ridiculizarlo a continuación.<br /><br />Stephen Dedalus, su némesis en esa antigua fortaleza habilitada como vivienda para pobres, por fin había logrado sorprenderlo. Por una vez, no solo traía reproches y moralina al humilde hogar que compartían. Últimamente se estaba revelando como un personaje poliédrico. Su reciente obsesión por las máquinas lo llevó hasta Londres y a su vuelta trajo algo maravillosamente útil consigo.<br /><br />El extraño artefacto estaba siendo utilizado en esos instantes por Buck, sobre quien recaía el mérito de haber descubierto su funcionamiento. Aunque el diseño de la empuñadura evocaba algún tipo de arma, al final no se trataba más que de una máquina de afeitar automática.<br /><br />-Stephen, debo insistir -dijo-. No me parece una buena idea el cambio que te ha propuesto Mr. Deasy.<br /><br />-Lo siento mucho Buck. Pero la decisión no depende de ti –contestó el interpelado-. Además, siempre puedes volver a la amada navaja de tu padre. No sabes cuanto he echado de menos hoy tu parodia de eucaristía.<br /><br />-Lo que dice es cierto, Buck –lo apoyó Haines-. Tienes un alzamiento de cuenco y jabón prodigioso, digno del mismísimo Santo Padre.<br /><br />-No hay manera de soliviantaros, ¿verdad? Ni aunque me atreviese a fornicar con el crucifijo…<br /><br />-Reserva tus provocaciones para las beatas y esos tontos dublineses –le contestó Stephen mientras le arrebataba el artefacto-. Que se preocupen de Dios y del precio de las patatas: nosotros vamos a cambiar el mundo.<br /><br />Envolvió la enigmática máquina en la toalla que Buck reservaba para secarse y antes de que este pudiera protestar, salió de la torre sin despedirse de sus compañeros.<br /><br />El siglo veinte apenas acababa de dar sus primeros pasos y cada día una nueva sorpresa anunciaba que 1904 iba a ser un año maravilloso. El futuro auguraba un largo periodo de paz y respeto por los ideales de la ilustración. Siempre y cuando no vivieras en Irlanda, claro está. A pesar del entusiasmo que despertaba en él el nuevo siglo, Stephen estaba convencido de que ninguna idea podría cambiar a los dublineses. Si Irlanda conseguía la independencia esta solo serviría para poner al país al servicio del Papa.<br /><br />Liquidó sus clases como de costumbre. Fue breve, desapasionado y no se esforzó por ocultar el desprecio que sentía por sus alumnos. Es solo trabajo, se dijo. Mi excelencia la reservo para los artefactos. Ya no podía recordar el último día que les enseñó creyendo en lo que decía. Desde que cayó en sus manos el primer objeto extraordinario, nada volvió a ser igual. La realidad era mentira y lo cotidiano el cebo que alimentaba la ilusión de realidad.<br /><br />Si Dios no es el arquitecto del mundo, ¿Quién diseñó entonces estos artefactos?<br /><br />Descubrir su existencia no resultó tan sorprendente como el hecho de saber que, desde la antigüedad, miles de hombres y mujeres habían empeñado sus vidas por adquirirlos. Stephen no era el primer humano en hacerse con uno de esos extraordinarios objetos y tampoco sería el último. Sin embargo muy pocos podían considerarse auténticos coleccionistas.<br /><br />El señor Deasy, en cambio, podía presumir de ello. Stephen no encontraría en toda la isla a nadie dispuesto a hacer un trueque semejante. No en vano poseía una de las mejores colecciones de artefactos de Europa. Dos siglos atrás, tal acumulación de objetos mágicos lo habría llevado a la hoguera. Pero los incontables años transcurridos desde entonces habían transformado al señor Deasy en una persona prudente.<br /><br />El artefacto que había detenido su envejecimiento permanecía en el mayor de los misterios. Comparado con él, lo que Stephen traía bajo el brazo no era más que una bagatela, un juguete. Aún así no se le podía negar su utilidad. Sobre todo si tenía en cuenta la aversión que el ilustre coleccionista irlandés había desarrollado hacia el vello corporal.<br /><br />-¿Y esto funciona como un desinhibidor de las emociones? –le preguntó Stephen- Parece el colgante de una solterona.<br /><br />El coleccionista se depilaba las piernas, ensuciando la tarima con su llamativo vello rojo. Las preguntas de Stephen lo aburrían tanto como el mundo que lo rodeaba. Sin embargo el negocio lo obligaba a ser cortés.<br /><br />-Si lo gira en el sentido de las agujas del reloj, conseguirá que los que le rodeen caigan presas del amor. Si lo gira en sentido contrario, en cambio, obtendrá el efecto opuesto: violencia y odio.<br /><br />-¿Seguro que funciona? –al joven estudiante el cambio le parecía demasiado bueno.<br /><br />-¿Insinúa que intento estafarlo? –el coleccionista ofrecía una pobre imagen con los calzones enrollados a la altura de las rodillas-. Páseme el colgante un momento, por favor, y le demostraré de qué es capaz.<br /><br />Stephen le entregó el artefacto a Mr. Deasy quien lo manipuló con familiaridad. Su rostro transmitía tedio. Como si hubiera jugado con él durante demasiado tiempo y ahora, aburrido de sus poderes, le resultara insoportable su compañía. El coleccionista era la viva imagen de la decadencia. Con otro artefacto había conseguido burlar a la muerte, pero eso no significaba que hubiera triunfado sobre su fealdad natural. Rojo e hinchado, se asemejaba más a un cerdo que a una persona.<br /><br />Sin embargo cuando giró el medallón en el sentido de la agujas del reloj, la impresión de su imagen se transformó completamente. Stephen nunca se había sentido atraído por un hombre. Pero lo que contemplaban sus ojos no era la rolliza y carmesí figura del viejo Mr. Deasy. Estaba ante una epifanía. Ante la manifestación terrenal de la belleza de un dios.<br /><br />Comenzó a desnudarse y ese fue el momento elegido por el coleccionista para devolverlo a la normalidad. La cara de Stephen, con los flecos de la camisa cayendo casi hasta sus rodillas y los pantalones arrugados a sus pies, reflejaba estupefacción. La de Mr. Deasy, en cambio, puro miedo.<br /><br />-¿Convencido ahora? –lo interrogó- Si lo devuelve al centro, recupera la normalidad. ¿O prefiere una demostración en sentido contrario?<br /><br />Stephen, aún aturdido por su erupción emocional, no salía de su asombro. El efecto sobre él había sido inmediato, sin embargo no parecía haber afectado al coleccionista. Casi se le cae de las manos cuando este le lanzó el colgante para que lo cogiera al vuelo.<br /><br />-¿Cuál es su radio de acción?<br /><br />-No muy amplio –respondió Mr. Deasy-. Apenas unas decenas de metros. Y se ve muy limitado por los elementos. Funciona mucho mejor los días despejados, pues la lluvia y sobre todo el viento reducen su efectividad. Tenga cuidado. Como ha podido comprobar su efecto es indiscriminado.<br /><br />Stephen salió de allí absolutamente satisfecho con su primer cambio. El medallón parecía un artefacto valioso. Mucho más que la útil pero inocente máquina de afeitar de la que acababa de desprenderse. Estaba seguro de que en Paris podría conseguir un trueque aún más favorable. Todo parecía indicar que aquel era el comienzo de su prometedora carrera de coleccionista.<br /><br />Paseaba por la playa de Sandycove absorto en sus pensamientos, con el poderoso medallón colgando de su cuello. En Paris lo cambiaré por un artefacto de salud eterna. De nada sirve engañar a la muerte si al final tu cuerpo se llena de pústulas. Pero no me quedaré ahí. Dicen que en Francia abundan los artefactos relacionados con el vino. Que una máquina de corcho fabrica tapones que rellenan las botellas. Pediré un dos por uno. Ese será mi precio por el medallón del amor y del odio.<br /><br />Caminando hacia él un numeroso grupo de jóvenes piadosas se aproximaba en dirección contraria. Iban vestidas para asistir a un entierro, pero quedaron un rato antes para pasear por la playa. Tal vez fue la inalcanzable belleza de aquellas muchachas. O quizá el deseo de romper algo bonito. El caso es que casi sin darse cuenta Stephen giró el medallón para provocar en ellas un deseo irrefrenable.<br /><br />Leopold Bloom, vestido de entierro, asaba su riñón de cerdo sobre el fuego de la cocina. El humo, tan grasiento como estimulante, se escapaba por la diminuta ventana para unirse al resto de los efluvios de Dublín. La mañana prometía un día caluroso. Espero que el embalsamador haya hecho un buen trabajo con el cadáver, pensaba. Si no, el hedor va a ser espantoso…<br /><br />Dio buena cuenta del almuerzo e inmediatamente sintió ganas de cagar.<br /><br />Leopol Bloom era un hombre de costumbres y un reconocido cornudo de Dublín. Su mujer, Molly, alcanzó cierta fama como cantante en su juventud. Su belleza legendaria le hizo perder la cabeza a un miembro de la familia real británica. Molly nunca le dijo cual, pero no resultaba difícil imaginarlo. Este pasado la había convertido en un personaje muy popular en Dublín, y no solo por su carrera artística. Su reputación había sido tan cuestionada que la propuesta de matrimonio de Bloom la pilló totalmente desprevenida. No pudo decir nada más que “demonios, sí”.<br /><br />A pesar de las críticas familiares y los inevitables comentarios de taberna a sus espaldas, Leopold Bloom sabía que la envidia era más frecuente que el desprecio. Aunque este siempre dolía, sobre todo cuando venía de un amigo. Era pues un hombre herido. Y a pesar de los atributos y la innegable fogosidad de su mujer, también un hombre abstemio.<br /><br />Desde la muerte de su hijito, Molly Bloom no había consentido mantener relaciones. El duelo por el pequeño le secó el sexo, que permanecía cerrado. Aunque esta clausura solo afectaba a su marido. Pues la pena la obligaba a refugiarse cada vez con más frecuencia en los brazos de sus amantes. Bloom, devoto esposo de la mujer más bella de Dublín, guardaba pacientemente su turno, drogado de comprensión.<br /><br />El calor era tan intenso que Bloom buscaba desesperadamente la sombra. El traje resultaba muy adecuado para un entierro en febrero y también ideal para una cura de sudor. Un día perfecto para sudar. Pero no es el caso… De camino al cementerio se sintió atraído por el frescor que salía de la puerta de una iglesia. No lo dudó. Entró en ella para disfrutar de la sombra a pesar de la repulsión que le provocaba aquel lugar. Se sentó en uno de los últimos bancos, casi al lado de la piedra bautismal.<br /><br />La infelicidad comienza aquí. Con una ducha de agua bendita, divagaba con la mirada perdida entre las bóvedas del techo. Después, lo mejor de la vida es inmoral y en el peor de los casos ilegal. La libido puesta a los pies de la vida eterna, suspiró. El cielo debe ser un aburrimiento.<br /><br />Un gemido lo sacó de sus pensamientos. Luego un grito de placer. Y jadeos. Jadeos que iban en aumento. Qué demonios. Tras el altar, el párroco daba buena cuenta de una feligresa. Jesucristo en su patíbulo contemplaba la escena con el mismo gesto de sufrimiento que llevaba practicando dos mil años. Parecía suplicar que alguien lo bajara de allí para unirse a la fiesta.<br /><br />Leopold Bloom, abrumado, salió de aquel suelo sagrado tan rápido como pudo. Muchas veces había fantaseado con un numerito así. Pero que el párroco le hubiera robado el protagonismo le resultaba inconcebible. Él era el sacrílego. Al menos si alguna vez hubiera reunido el valor suficiente para llegar a blasfemo…<br /><br />Se dirigió, tan turbado como empapado de sudor, a paso ligero hacia el cementerio. Necesitaba, quien se lo iba a decir, una sesión de cruda tristeza. Honrar a la muerte para de alguna manera compensar su orgullo herido. Leopold Bloom, el cornudo más célebre de Dublín, follaba menos que un cura irlandés. La idea le resultaba insoportable.<br /><br />Magullado, escocido y con la ropa hecha jirones Stephen Dedalus acababa de escapar de una muerte casi segura. El medallón había transformado a aquellas jóvenes piadosas en zombix. En insaciables devoradoras de sexo. Llegó dando tumbos hasta el patio trasero de una iglesia. La cabeza le daba vueltas y apenas tenía un centímetro cuadrado de piel que no hubiera sido mordido ardorosamente.<br /><br />Llamó a la puerta de la sacristía y gritó pidiendo ayuda. Su corazón parecía a punto de estallar y se llevó la mano al pecho para recuperar el aliento.<br /><br />Entonces lo tocó.<br /><br />El medallón seguía allí. Colgando de su cuello. Su primer impulso fue quitárselo, pero Stephen era un joven listo y enseguida recordó que llevarlo puesto era la única forma de permanecer inmune a sus efectos. ¡Válgame el cielo, sigue encendido!<br /><br />El traicionero aparato permanecía girado a la derecha, tal y como lo dejó cuando lo activó en la playa de Sandycove. Aterrado, intentó devolverlo a su posición original, donde supuestamente se anularían sus efectos.<br /><br />Demonios…<br /><br />No pudo hacerlo. El artefacto se había quedado atascado en su grado máximo de amor. En ese instante se abrió la puerta de la sacristía.<br /><br />-¿Siiií…?<br /><br />El párroco lo miró de tal manera que Stephen supo que tenía que correr para seguir viviendo. Gravemente herido, aún tuvo fuerzas para saltar la pequeña pared que separaba el viejo cementerio de la calle. Al caer casi se llevó por delante a una feligresa. Esta, que acudía recatadamente vestida a confesarse antes de la misa de las doce, se sobresaltó tanto que quedó sentada en el suelo.<br /><br />-Discúlpeme señora, pero… -acertó a decir Stephen.<br /><br />Los ojos de la feligresa revelaban el contagio. Su boca, el deseo irreprimible que sentía por Stephen.<br /><br />Queríamos cambiar el mundo y por San Patricio que lo estamos consiguiendo, se dijo para sí. El párroco apareció finalmente detrás de él. Stephen se encontró entre ambos. Su torpe caminar y los jadeos de deseo los rebajaban a la categoría de animales en celo. Pero no por eso resultaban menos peligrosos, como había experimentado en sus propias carnes pocos minutos antes.<br /><br />Dio un paso atrás. Fue un acto reflejo. Demasiado asustado aún para salir corriendo. Sin embargo bastó para conjurar el peligro por el momento. El párroco y la feligresa se fundieron en un tórrido abrazo y parecieron ignorarlo.<br /><br />Corre maldito irlandés, corre…<br /><br />Obedeciendo a sus propias palabras Stephen salió disparado de allí. Trató de alejarse de cualquier lugar habitado, pues sabía que el influjo del medallón era indiscriminado, al igual que sus efectos. Su mente bullía con las imágenes de sexo y perversión descontrolada que había dejado en la playa. Sandycove, con este calor, estará lleno de gente. Y si es contagioso, esas muchachas habrán convertido la playa en una bacanal. El cementerio en cambio…<br /><br />Corrió como si estuviera poseído. Le aterrorizaba cruzarse con alguien más y no se atrevía a desprenderse de la inmunidad de la que gozaba el portador del medallón. Casi sin darse cuenta llegó hasta la casa de Jimmy Geary, el enterrador. El cementerio católico de Prospect se encontraba un poco más allá de los chopos oscuros. En la ciudad de los muertos hallaría la tranquilidad que necesitaba para arreglar el maldito artefacto.<br /><br />Mientras tanto, y al otro lado del camino aunque solo unos pasos por detrás de él, Leopold Bloom se dirigía al entierro de Paddy Dignam, aún perturbado por la tórrida escena que presenció en el altar. Como había cogido un coche para llegar hasta allí, casi lo hace antes que el propio Stephen, a quien conocía por ser amigo de su padre.<br /><br />-¡Stephen! –gritó-, ¡Muchacho!<br /><br />El joven Dedalus no se percató de que lo llamaban hasta que, apretando el paso, el señor Bloom le tocó el hombro.<br /><br />Stephen se giró inmediatamente para averiguar quién era el desdichado que estaba a punto de caer bajo el influjo del medallón, pero no sucedió nada.<br /><br />-Aleluya… -acertó a decir con un hilillo de voz. Las lágrimas corrían por sus mejillas- Se ha acabado. Esta maldita pesadilla se ha acabado.<br /><br />Bloom cogió las manos del joven, que se aferraban al medallón que colgaba de su cuello. Siempre sintió un afecto especial por aquel muchacho. Ojalá los amantes de mi mujer fuesen como él, se dijo.<br /><br />-¿Qué sucede Stephen? –le preguntó- Pareces aterrorizado.<br /><br />Stephen no parecía reaccionar a sus preguntas. Dejó de sollozar. Pero solo para que su mirada se perdiera en el aparatoso anillo que Bloom lucía en la mano derecha.<br /><br />-¿Ese anillo? ¿De dónde lo ha sacado?<br /><br />El objeto que Stephen reconoció tenía forma de anillo, aunque sus poderes iban más allá de servir de adorno. Otro artefacto, sin duda alguna… Se dijo para sí mientras Bloom trataba de dar una respuesta a su extraña pregunta. El objeto parecía en efecto un anillo, pero su intrincada estructura se revelaba solo ante los ojos de un coleccionista. Stephen había visto artefactos como aquellos en su última visita a Londres. Los llamaban “anillos del estoico”, pues servían para que su portador no fuera víctima de los celos, ni de ninguna otra pasión.<br /><br />-¿Este? –contestó Bloom señalándolo- Me lo regaló Molly cuando murió nuestro hijito; para que “su pérdida no te consuma”, eso dijo. Mi mujer es muy supersticiosa, ¿sabe usted?<br /><br />El recuerdo de su hijo muerto volvió a herirlo. Leopold Bloom llevaba aquel anillo mágico sin ser consciente de sus poderes. Lo que sí sabía, y de eso estaba absolutamente convencido, era que no servía para superar el duelo. La pérdida lo consumía. Sobre todo porque era doble. No tenía ni a Molly ni a su hijito.<br /><br />-¡Eso que lleva no es un anillo! –chilló Stephen- Es una máquina infernal. Y si sirve para lo que su mujer le dijo, no lo voy a poner en duda. Pero tengo que confesarle que es la primera persona que no es víctima de los poderes de este medallón. Y estoy convencido que es gracias a ese anillo.<br /><br />En la mente de Bloom todas las piezas se movieron, incluida la escena del párroco y la feligresa, para encajar en un mosaico de sucesos. El extraño comportamiento de los habitantes de Dublín tenía sentido. Lo que Roma y la moral judeocristiana habían construido en mil años de catolicismo, ese medallón estaba a punto de echarlo abajo.<br /><br />-Escúcheme –prosiguió Stephen-. Le propongo un cambio. Su anillo por este medallón. Necesito ese anillo para poder enmendar mis errores. Para salvar el mundo.<br /><br />Como un sonámbulo, Leopold Bloom accedió a los deseos de Stephen. En su cabeza bullía un plan. Molly… Nuestro hijito muerto y su vagina muerta. Maldita tramposa. Te voy a enseñar a ti lo que es el deseo… El rencor lo invadió tan pronto como se desprendió del anillo. Los celos reprimidos durante años se convirtieron en indignación. Por fin su mujer se sentiría atraído por él, por su legítimo esposo.<br /><br />Se colgó el medallón al mismo tiempo que Stephen se ponía el anillo del estoico. Sin decir palabra, y por primera vez en su vida, el Sr. Bloom se fue sin despedirse. Volvía a casa. Donde su amada esposa lo esperaba. Y por fin sabía como alimentar su fuego, tanto tiempo apagado.<br /><br />-¡Oiga! –le gritó Stephen al verlo marchar- ¿A dónde va con el medallón? ¡Tenemos que salvar el mundo!<br /><br />Leopold Bloom se volvió un instante para responder:<br /><br />-Usted haga lo que quiera. Yo me voy a casa a follarme a mi mujer.</div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8029502062249768325.post-75505305995124593342010-03-17T20:06:00.008+01:002010-03-23T13:24:50.160+01:00De Peter Pan a la Bella Durmiente<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiW6PcxSNsSbqyvd3G0WEGRudL2i-2vE2I0ZIo4ibl70DJpwQEwvRL5LbX7msoAaLZ6RZbusS45DIsWBay_2r2dRHH4tFYBI6Qw50aUyyhUmbWDsMB2IAW3dHcYmAspYRFS6thTqb_qXB69/s1600-h/sindrome+de+la+bella+durmiente.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5449681873031022450" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 231px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiW6PcxSNsSbqyvd3G0WEGRudL2i-2vE2I0ZIo4ibl70DJpwQEwvRL5LbX7msoAaLZ6RZbusS45DIsWBay_2r2dRHH4tFYBI6Qw50aUyyhUmbWDsMB2IAW3dHcYmAspYRFS6thTqb_qXB69/s320/sindrome+de+la+bella+durmiente.jpg" border="0" /></a><br /><div></div><div></div><div></div><div></div><br /><div align="justify">DE PETER PAN A LA BELLA DURMIENTE<br /><br />Se opuso al devenir del tiempo y contra todo pronóstico consiguió salir airoso. Solo los niños muy desgraciados son capaces de visualizar su propia muerte. Más tarde, cuando ya tenía cuarenta años, resultaba evidente que no sería el reloj lo que acabaría con él. El pelo plateado era lo único que revelaba su auténtica edad -ochocientos ochenta y ocho años terrestres- en su rostro de treintañero, surcado a penas por unas cuantas arrugas de expresión.<br /><br />El triunfo de la voluntad de poder. Si la Fe de los hombres es capaz de hacer realidad a sus dioses tras la muerte, ¿por qué un humano no podía vivir eternamente si se lo proponía? Por lo que él sabía, era único en su especie. La mayoría de los humanos alcanzaban el amor verdadero en el lapso breve de sus vidas. Si lo encontraban era porque se proponían encontrarlo y creían en ello. Otros ambicionaban el éxito y muchos de ellos alcanzaban una celebridad que pronto detestaban. Muy pocos tenían depositada su fe en la propia felicidad porque esta solía relacionarse con el pecado. Aún así a los que la alcanzaron tarde o temprano se les acusaba de perder la virtud.<br /><br />Cuando todo el mundo cambió él continuaba siendo el mismo. Nunca tuvo hijos. Al parecer por miedo a perderse en la maraña de responsabilidades familiares. Siempre fue un marido fiel, pues las aventuras solo podían traerle nuevos problemas y estos serían difíciles de controlar. El tiempo pasaba y él continuaba siendo un niño enfadado. Pero cuando sobre la Tierra los hombres y las mujeres ya no eran ni hombres ni mujeres, cuando los niños estaban prohibidos y turistas de otros mundos acudían a visitar la Tierra atraídos por su exotismo, entonces y solo entonces se dio cuenta de que su complejo de Peter Pan carecía de sentido. La ciencia alienígena era tan avanzada que resultaba indistinguible de la magia. La Fe ya no era necesaria para volar, pues los calamares vendían a precio de saldo los cinturones antigravedad.<br /><br />En las postrimerías del tercer milenio el ser humano había evolucionado tanto que Leonardo a penas hubiera sido capaz de reconocerlo. Él, sin embargo, nunca quiso cambiar y por eso vivió lo suficiente como para ser testigo de la evolución de su propia especie. La soledad era insoportable. La languidez comenzaba a adueñarse de su vida conduciéndolo inexorablemente hacia un autismo hermoso. Quizá el tiempo no acabase con el, pero la peligrosa pasividad en la que había caído en los últimos meses amenazaba seriamente su salud.<br /><br />El psicopatólogo fue claro en su diagnóstico: síndrome de bella durmiente. Si murió es porque así lo quiso. Cansado de esperar al príncipe azul y hastiado de un mundo sin lugar para la magia. </div>Josep Martin Brownhttp://www.blogger.com/profile/11818483218196578187noreply@blogger.com8