martes, 14 de abril de 2009

El niño que hablaba con los gusanos

Algunos niños, ya sea por aburrimiento o por miedo a quedarse solos, se imaginan un amigo invisible que les hace compañía durante los primeros años de la infancia. Una vez ingresan en el sistema educativo, el proceso de desmagificación del mundo al que los someten los adultos borra en ellos todo recuerdo de ese amigo imaginario. Al final la religión y sus misterios son el último reducto en el que se refugia la imaginación humana, sometida a la tiranía compartida de la fe y la razón. Éste es un camino que todos recorremos con mayor o menor fortuna y cuyo final no es otro que la edad adulta. Kovaliev, por el contrario, había tomado un sendero diferente sin saberlo, descubriendo para la humanidad todo un universo nuevo.

El amigo invisible de Kovaliev no le abandonó cuando éste entró por primera vez en el colegio y tampoco lo hizo cuando salió de él. Las conversaciones a viva voz dejaron paso a un discreto diálogo interno, lo que le permitió pasar desapercibido y evitar así las crueles bromas de la adolescencia. Kovaliev no se atrevió a presentar a su amigo al mundo hasta que estuvo seguro de que aquello no era una enfermedad mental. Como psiquiatra de prestigio obtuvo por fin el reconocimiento necesario para conseguir que la humanidad aceptara su asombroso descubrimiento.

Ni somos los primeros ni somos los únicos seres inteligentes que habitan este planeta. Los nematodos como su amigo, esos seres diminutos que viven en nuestro intestino, son la materia prima del alma humana. La razón de la conciencia. Pero sólo cuando morimos podemos verlos. Comiéndonos. Devorando nuestra carne y nuestros huesos.

7 comentarios:

  1. que mejor homenaje al amigo muerto que comerselo...¿?

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  2. ¿Qué tal Javi? ¿Te ha gustado mi relatillo de 25 líneas?

    Que conste que lo he escrito gracias al empujoncito de tu blog.
    ;)

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  3. Si.
    ¿El empujoncito de mi blog?; a ver, qué te ha hecho ahora. Es que no puedo dejarlo solo ni un momento a este blog mío... ;)

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  4. Básicamente, me he contagiado de tu entusiasmo y casi me caigo por las escaleras.
    :0

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  5. Curioso texto que, al igual que el anterior, deja con ganas de más. Seguiremos echando ratitos por aquí

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  6. La verdad es que he descubierto que un blog es el sitio ideal para dejar las pequeñas ideas. Tengo una libretita donde anoto todo aquello que se me va ocurriendo. Esos detalles me servían para las novelas y los cuentos, pero tardaban años en ver la luz.
    Ahora con el blog puedo darles vida en la forma de pequeños relatos de 20 o 25 líneas. Es como si todo el mundo pudiera poner a prueba esas pequeñas ideas. Es genial y me anima a seguir escribiendo, en serio.

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  7. Y las no tan pequeñas. Yo andaba la mar de confuso con mi novela. Y gracias al blog no solo aclaré varias dudas, sino que me ayudaron a darme cuenta de errores impostantes, y hay alguno que otro que se metió de lleno en tema de correción extructuras y demás. Un gran invento esto de los blog.

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